La lactancia materna es una decisión personal, enteramente personal y privada. No tienes porque compartirla con nadie y tampoco necesitas ir pidiendo opiniones por ahí. Infórmate, lee, analiza tu estilo de vida, tus necesidades y las de tu bebé y entonces decide. Si tú decidiste que la lactancia materna es para ti, en este artículo te comparto algunos consejos que a mí me ayudaron mucho:
- No compares. La experiencia de la lactancia es distinta en cada mujer.
- Mantén tus pezones lubricados por lo menos un par de meses antes de la llegada de tu bebé. Te recomiendo la lanolina que es un ungüento natural y que puedes seguir utilizando incluso una vez que estés amamantando, ya que es seguro para tu bebé.
- Toma mucha agua, mantenerte hidratada es muy importante para la producción de leche.
- Entre más leche des, más produces.
- Si sabes que vas a estar lejos de tu bebé, consigue un buen sacaleches (en muchos hospitales se pueden rentar y hay algunos países en los que el seguro médico cubre su costo).
- Olvídate del reloj, deja que tu bebé coma hasta que sientas que te vacía el pecho y luego cambia de lado. La próxima toma debe empezar por el lado que no terminaste.
- Para acordarte del lado que te toca amamantar, usa una pulsera o una liga de pelo y cámbiatela de mano al terminar la toma.
- La mejor posición es la que te funciona a ti y a tu bebé. Pruébalas todas antes de decidir y no te quedes solo con una. También puede ser que la posición que te acomodaba cuando era recién nacido, no te funcione cuando tu niño tenga 6 meses; prueba y cambia.
- Busca una clínica de lactancia o un consultor de lactancia.
- Disfruta la lactancia, no tienes por que sufrirla. Si por lo que sea no puedes amamantar a tu bebé o tienes que parar, no te mortifiques; esto no significa que quieres menos a tu bebé, ni que eres una mala mamá, ni que tu bebé vaya a sufrir ningún tipo de problema.
- Confía en ti, en tu bebé y en tu cuerpo.