Mi hijo Martín tiene hoy casi un año y 7 meses, de los cuales nunca ha probado la leche de fórmula y sigue siendo amamantado por lo menos dos veces al día entre semana, porque yo trabajo, y a libre demanda los fines de semana.

¿Regresarás pronto a trabajar? Te damos algunos tips para continuar con la lactancia materna. 

Hasta ahora, solo han sido un par de ocasiones las que alguien me ha hecho algún comentario como “ya está muy grande” para el pecho. Tal vez esto ha sido así porque quienes me conocen saben que soy una férrea defensora de los beneficios de la lactancia materna y más bien se ahorran la discusión. Quienes no me conocen, tampoco se meten conmigo y he tenido la suerte de no escuchar comentarios en ningún establecimiento o lugar público. Aunque la verdad, fantaseo mucho con que alguien lo haga, para poder echarle mi rollo pro-lactancia y algunas otras respuestas que llevo tiempo ensayando. Pero no, no ha sucedido. Sin embargo, a veces la gente no tiene que hablar: bastan las miradas incómodas y las malas caras.

Como yo lo veo, la lactancia materna es un derecho para mi hijo y también para mí. Es una decisión que tomamos las mujeres, y en la que en todo caso nuestras parejas podrían tener alguna opinión. Nadie más. Y esto aplica también al tiempo que decidimos lactar a nuestros hijos, sea un año o menos; dos años, o más. Porque somos nosotros y no los prejuicios quienes tenemos ese derecho y quienes ejercemos el poder en esa decisión. Sí, puede haber otros factores en casos específicos, pero en general es así.

No hay ninguna razón médica para retirar el pecho. Si lo quieres dar y tu hijo también lo quiere, no le hace ningún mal. Al contrario, se han descubierto múltiples beneficios de la lactancia materna “extendida”, basta con revisar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud e informarse un poco más. Y pregunto, ¿quién dijo “extendida” y por qué? Es una práctica común en las culturas no occidentales y me suena a que el destete natural es eso: lo más natural.

Conoce más sobre las ventajas de la lactancia materna. 

Si bien yo no he tenido malas experiencias, por lo que circula y leo en internet, no acabo de entender cuál es el problema. ¿En qué afecta a los demás? ¿Qué resulta tan ofensivo? ¿Por qué les parece mal? Yo respeto a quienes toman decisiones en la manera de criar y alimentar a sus hijos distintas a las mías, pero entonces exijo el mismo respeto. Acabemos con los prejuicios, informémonos y normalicemos la lactancia materna cuando nuestros hijos son pequeños, o más grandes de lo “normal”.

1. ¿Es necesario hacer una transición de pecho a biberón cuando se inicia la alimentación complementaria?

No es necesario que se haga esta transición, pues si llevaste lactancia materna exclusiva, cuando tu bebé tenga seis meses de vida, al mismo tiempo que lleves a cabo la introducción de otros alimentos, puedes introducir el vaso entrenador.

En caso de que quieras utilizarlo cuando salgas a trabajar o no puedas estar con tu bebé, lo ideal es que el biberón sea de base amplia y con un flujo lento de leche, que permita que el bebé no se confunda y pueda regresar al pecho siempre que lo quiera.

Te recomendamos leer el artículo: 5 preguntas comunes sobre el biberón y lactancia materna

2. Ya que el bebé empieza a comer alimentos sólidos, ¿cada cuándo se le debe dar leche?

La lactancia debe de continuar a libre demanda. Al igual que durante los meses anteriores son los bebés quienes regulan su propia ingesta. En esta etapa, la leche materna sigue siendo el alimento ideal y el más importante, ya que aporta más del 70% de las calorías necesarias durante el día.

Sin embargo, es muy probable que los bebés, con el tiempo vayan comiendo más sólidos y ellos mismos disminuyan la cantidad de leche que consumen, sobre todo a partir del año de edad.

Conoce  las señales de que tu bebé está preparado para la ablactación. Da clic aquí.

3. ¿Cuándo tiempo se tiene que esperar para destetar al bebé una vez que se empieza con la alimentación complementaria?

Las recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que hagas el destete hasta los 24 meses de edad de tu bebé. Mientras que la Academia Americana de Pediatría habla de que no se haga antes del primer año. Cualquier cosa que elijas es importante que sepas que la introducción de alimentos sólidos a partir de los 6 meses de edad, no significa que es necesario destetar a tu bebé.

Por último, te recomendamos que leas: El destete: ¿cuándo y cómo dejar de amamantar?

Ojalá te hayan servido las respuestas y recomendaciones. Si te quedas con cualquier duda, te recomiendo acudir a tu pediatra o a un experto en lactancia materna.

 Te recomendamos leer: ¿Qué debo hacer si mi pareja no quiere que amamante? 

Al amamantar a tu bebé, tú sabes que debes darle de comer siempre que te lo pida y donde sea que te lo pida. Esto incluye los lugares públicos. Debes saber que el negarle de comer a tu bebé o posponerlo hasta llegar a un lugar “apto para amamantar”, puede ocasionarle problemas de salud. Además, el hecho de preferir darle fórmula en los lugares públicos, afecta el proceso de la lactancia, ya que puede disminuir tu producción de leche.

Si quieres saber cómo mantener la producción de leche materna, da clic aquí.

En mi opinión, la decisión de amamantar en público la debe tomar la mujer y no la pareja o sus familiares. Sin embargo, como mujeres que amamantamos, debemos empoderarnos para lograr que cambien estas percepciones sociales equivocadas.

En caso de que no te sientas lista para amamantar en público, te recomiendo que cuando estés fuera, busques lugares que te resulten tranquilos. También puedes utilizar “baberos de lactancia” para cubrirte, si así lo deseas. Sin embargo, recuerda que no es recomendado recurrir a la fórmula ya que puede llevar al destete temprano.

Por último, te recomendamos leer este artículo, para que conozcas cada cuándo debes alimentar a tu bebé. 

A esta conclusión llegó una reciente investigación, la cual establece que el consumo ocasional de alcohol durante la lactancia no resulta perjudicial para el bebé que está amamantando. Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que tendrás que seguir algunas indicaciones para no ocasionarle ningún problema a tu bebé.

¿Tienes dudas sobre tu alimentación durante la lactancia materna? Te recomendamos este artículo.

¿Cómo debe ser el consumo de alcohol en la lactancia?

La Academia Americana de Pediatría señala que: “la ingesta de bebidas alcohólicas debe ser limitada a un consumo ocasional de no más de 0.5 gramos de alcohol por cada kilogramo de peso corporal de la madre. Es decir que una madre de 60 kilogramos no podrá tomar más de 2 onzas de licor, 8 onzas de vino o 2 cervezas. Además, tendrá que esperar 2 horas o más después de la ingesta de alcohol para poder amamantar. Esto con el fin de reducir al mínimo su concentración de alcohol en la leche.”

¿A qué se refieren con consumo ocasional? A que podrás tomar de 1 a 2 bebidas por semana, pero es recomendable que no te excedas de esa cantidad.

Además, debes tener en cuenta la edad de tu bebé antes de empezar a consumir alcohol. Para un recién nacido que tiene el hígado muy inmaduro, cualquier cantidad de alcohol puede perjudicarle. Por eso, te recomiendan que esperes a que tu bebé tenga más de 3 meses de edad.

¿Por qué no debes amamantar inmediatamente después de tomar alcohol?

El alcohol que consumes llega a tu sangre y por ende, también a tu leche. Después de cierto periodo de tiempo (que varía en cada persona, pero en general dura entre 1 y 3 horas), el alcohol sale de tu organismo, y tú lo notas, pues regresas a tu estado original de sobriedad. Una vez que se te “baje” el alcohol que consumiste, podrás amamantar a tu bebé sin problemas, pues este no se acumula en la sangre, ni en la leche.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: “Situaciones en que no debes amamantar a tu hijo” 

Recuerda que si vas a consumir alcohol durante la lactancia materna, lo debes hacer de manera responsable, para evitarle problemas a tu bebé. Estos incluyen: problemas en su hígado que está en desarrollo, problemas de sueño, una disminución en el desarrollo de su motricidad y un crecimiento más lento que el resto de los bebés. Así que si vas a una fiesta, sí tomate tu cervecita, pero también sé consciente de los efectos de esta en tu bebé.

Si quieres conocer otras 4 cosas que creíste tener que evitar durante la lactancia materna, da clic aquí.

En algunas mamás surge la duda de que si pueden combinar la leche materna con fórmula cuando están de vuelta al trabajo. Yo te diría: ¿por qué combinar con fórmula si puedes continuar con pura leche materna? La lactancia mixta puede ser una de tus opciones, pero en diversos estudios se ha comprobado que al hacerla mixta, se reduce el tiempo de su práctica; a diferencia de cuando es exclusiva, en la que se suele prolongar. Esto ocurre porque al combinarla, disminuye la producción de leche por la baja demanda, y el bebé al tomar pecho no recibe la cantidad que necesita y queda insatisfecho.

Asimismo, el flujo de la leche en el pecho requiere de un trabajo y coordinación completamente diferente al que se requiere en un biberón, ya que este mantiene un flujo continuo aún sin el trabajo de succión del bebé. Entonces ocurre lo que se conoce como “frustración en el pecho” porque al no tener ese flujo continuo, el bebé empieza a preferir los biberones, lo que lleva a disminuir la producción de leche y a un destete temprano.

¿Cómo puedes seguir amamantando a tu bebé al estar de vuelta al trabajo? La única manera o la más recomendable para lograrlo es manteniendo una extracción eficiente de leche el número de veces que tu bebé comería cuando no te encuentras con él. Los primeros meses de vida es recomendable extraer la lecha cada 3 horas, de esa forma tu bebé continúa recibiendo la leche que le vas dejando día con día.

¿Cómo puedes seguir amamantando a tu bebé al estar de vuelta al trabajo? La única manera o la más recomendable para lograrlo es manteniendo una extracción eficiente de leche el número de veces que tu bebé comería cuando no te encuentras con él.

Esta alternativa te permite continuar con lactancia materna exclusiva, con todas las ventajas que implica. Además de que cuando te encuentres con tu hijo, puedes seguir ofreciéndole el pecho y al tener una producción adecuada de leche, tu bebé continuará aceptándolo.

Recuerda que lo importante en este tema es que, sea cual sea la decisión que tomes, deberá adaptarse a tu estilo de vida y a las necesidades de tu bebé. Si quieres conocer más sobre este tema, da clic en los siguientes artículos: “Cómo almacenar leche materna”, “¿Qué consejos les darías a las mamás que quieren amamantar, pero que trabajan y se enfrentan a retos sociales?”

Descubre cuanto tiempo debes esperar a tener sexo después del parto.

Pregunté a mi doctor y consulté en Internet. Aprendí que todo esto se debía a la falta de estrógenos. Aunque sabía que el cambio hormonal posparto iba a ser tremendo, para mí se agravó por la lactancia materna, que llevé de manera exclusiva y a libre demanda. Hoy puedo decir que, en mi experiencia, este es el único aspecto negativo de lactar. Sin embargo, quiero mencionar que cada mujer vive la lactancia de diferente manera, así que no todas atraviesan por este problema.

Cuando busque soluciones, mi ginecólogo me dijo que dejara la lactancia materna antes de que mi esposo me dejara a mí… “¡vaya solución!”, pensé. La otra alternativa era usar un gel humectante antes de tener relaciones sexuales. Tristemente, con el gel también me dolía, y además tenía la libido muerta, ¡era un desastre! Además, yo no encontraba la manera exacta de administrar el gel o cuándo hacerlo. Toda esta situación me afectó mucho y nos afectó como pareja durante varios meses.

Mi esposo siempre me apoyó, intentó entenderme y tener paciencia, y fue así como poco a poco fuimos recuperando esa parte tan importante para cualquier relación. Nos tomó cerca de un año estar más o menos satisfechos con nosotros mismos y nuestra intimidad.

Mi esposo siempre me apoyó, intentó entenderme y tener paciencia, y fue así como poco a poco fuimos recuperando esa parte tan importante para cualquier relación.

En su momento, lo platiqué con otras amigas que recién habían sido mamás y todas parecían tener vidas perfectas. Yo lo que creo es que en nuestra cultura latinoamericana sigue siendo penoso hablar de sexo. Sin embargo, si están en esta situación, les recomiendo que lo hablen con sus parejas y sus médicos porque la lactancia materna y la sexualidad ¡sí pueden coexistir!

Les recomiendo leer este link al respecto.

Empezaré por el principio. En el tercer mes de mi embarazo, nos instalamos por un tiempo indeterminado en México, con la fortuna de contar con mucho tiempo para dedicarme a mí, a mi panza, a mis sentimientos y a montar una nueva casa. En paralelo a las clases de pilates, de yoga, de preparación para el parto y de largas caminatas conociendo la ciudad, estudiaba la lactancia materna. Poco a poco fui, ¡y Leo también!, informándome sobre sus incontables e increíbles beneficios, tanto para el bebé como para la mamá. Con entusiasmo, demasiado amor, e incertidumbre por cómo reaccionaríamos ambas, así como muchísimas expectativas, me propuse amamantar de forma exclusiva a Emma.

El día del parto llegó, y la lactancia se vio muy empañada por la mala predisposición de las enfermeras y reglas del hospital; no así por mi pediatra, mi esposo y mis ganas. Gracias a la buena salud de ambas, solo pasamos allí una noche. Horas antes de partir con rumbo a casa, me comuniqué  con Nora, una puericultora, quien nos ayudó a superar la confusión de succión causada por el uso de mamilas en las primeras horas de vida de Emma.

Te invitamos a ver el video para que sepas como superar las crisis de lactancia por el uso de fórmula y biberón en las primeras horas.

La etapa inicial fue difícil, pero gracias a la determinación de mi parte y de Leo, superamos las complicaciones y aprendimos una gran lección: a confiar en mí, en la naturaleza, en mi cuerpo, pero sobre todo: en Emma.

Como es muy habitual en las mamás primerizas, sufrí de lastimaduras en los pezones, se me caían las lágrimas cuando me la pegaba a mi pecho para comer. En esos momentos pensaba: “ya pasa, es un paso más, estamos aprendiendo las dos”. Como mamá, estaba segura que no quería renunciar a mi sueño de amamantar. Sí, era mi sueño. La puericultora nos enseñó las técnicas correctas para amamantar y a encontrar la posición más cómoda para que todo fluyera sin molestias. Sobre todo al principio, se necesita mucha dedicación y esfuerzo, pero después se alcanza el placer de crear un vínculo jamás vivido, ni sentido, irrepetible e indescriptible, único y precioso.

Tuvimos la bendición de pasar los primeros 10 días como papás, los tres juntos. Como la llegada de la gordita se adelantó, mi familia la conoció pasada su semana de vida. No quiero que suene mala onda esto, pero realmente estuvo padrísimo reconocernos, conocernos, aprender, olernos, sentirnos como nueva familia; solos, sin horarios, sin interrupciones, con momentos de silencio, de llanto, de emoción y también de dolor, en una soledad divina.

Los abuelos llegaron, y con ellos, los paseos por la ciudad con Emma de tan solo 15 días. Literalmente la recorrimos toda, porque ellos no habían venido nunca al DF y nosotras estábamos en nuestro “mejor momento”. Y ahí reconfirmé lo que tanto había oído: ¡la comodidad y la practicidad del pecho! Dos puntos más a favor, pensaba.

La amamanté en los mercados deliciosos del sur mientras comía unos ricos tacos, en el centro comercial Antara, al solecito, en el tren que te traslada al Castillo de Chapultepec, en los restaurantes, en el Museo de Frida Kalho, en la calle sentada en la puerta de un edificio. Decidí darle a libre demanda, por lo que no había horarios estipulados, ni manera de programar la hora de la comida.

¡Así fue como me “recibí” de mamá lactante, feliz, todo terreno! Podíamos estar en medio de un caos vehicular, un concierto de mariachis, un barco, una visita guiada, un museo, un avión, un té de amigas, un banco, un puente, una cena de amigos, ¡LITERAL DONDE SEA!; nosotras nos volvíamos una misma, y el mundo se detenía. Al principio, utilizaba una mantita, un ponchito, pero a medida que Emma crecía, día a día lo detestaba más… y yo, también. No nos podíamos contemplar y tampoco comunicar. Para solucionar esto, me compré varias blusas holgadas y con botones para poder desabrocharlas y taparme con ellas mismas para no sentirme expuesta.

Hoy, ya con más de un año y medio cursando la “carrera de mamá” puedo decir que durante 14 meses fui su alivio, su arrullo, su mamá canguro, su chupón, su todo junto a mi pecho. Sí, lo sigo siendo, pero ya no es lo mismo.

¡Qué nostalgia, pero que emoción saber que lo disfrutamos tanto, sin horarios, sin imposiciones, con libertad, alegría, aprendizaje y amor!

Te recomendamos leer: “De vuelta al trabajo: ¿puedo seguir con la lactancia materna?”

En este video, la Dra. Nicole Zaltzman, médica cirujana y consultora en lactancia materna certificada por la IBLCE, nos da prácticos consejos para que toda mamá que quiera amamantar, logre hacerlo.

¡No te lo pierdas y aprende cómo seguir amamantando a tu bebé pese a ciertos obstáculos sociales!

Para mantener una extracción de leche eficiente, aquí te decimos cómo usar un extractor.

En este artículo te damos algunos tips para hacer más sencilla la transición de bebé a hermano mayor.

Todas estas preocupaciones son perfectamente normales. La buena noticia es que han habido millones de hermanos y hermanas en esta situación y en la mayoría de los casos todo sale bien. La mamá y el papá aprenden como manejar una casa con varios hijos y los hermanos aprenden a llevarse bien entre si y a quererse.

La buena noticia es que han habido millones de hermanos y hermanas en esta situación y en la mayoría de los casos todo sale bien

¿Cómo se traduce esto a la lactancia materna? 

Cuando amamantas a un nuevo bebé, vas a tener que dedicarle mucho tiempo. Tiempo que anteriormente le dedicabas a tus otros hijos. Para que tus hijos no se asusten o enojen, es importante que desde el embarazo les expliques lo que está pasando y lo que va a pasar una vez que nazca su hermanito o hermanita. Explícales que la comida del bebé es la leche de tu pecho, la cual tomará durante varias horas al día. Igualmente, si amamantaste a tus otros hijos y tienes alguna foto, se las puedes enseñar para explicarles que ellos también comieron de este modo cuando eran más chiquitos.

Una vez que nazca el nuevo bebé, intenta que la lactancia sea lo más normal y cotidiana posible, siguiendo los siguientes consejos:

• Involucra a tus hijos en todo el proceso. Te recomendamos leer este artículo para saber cómo hacerlo.
• Invítalos a estar en el mismo cuarto mientras amamantas.
• Contesta cualquier duda que puedan tener.
• Si hacen algún tipo de berrinche, deja que se calmen y luego explícales la importancia de lo que estás haciendo.

Si tú manejas la situación de un modo relajado y cotidiano, tus otros hijos lo tomarán como tal y se acostumbrarán rápidamente a la presencia del nuevo bebé.

Todos los aspectos de nuestra vida han cambiado… y hay tanto por hacer… que algunas ideas creativas nos pueden facilitar mucho la vida.

Si decidiste lactar a tu bebé, te felicito y aquí intento darte algunos consejos para que amamantar sea más fácil y placentero. A mí me han servido en mi aventura con la lactancia, que en si representa una serie de retos inimaginables y que va acompañada, al menos al principio, de un enorme cansancio y muchas dudas, al menos fue mi caso.

Te recomendamos leer: “11 consejos para ayudarte a tener una lactancia materna placentera”

Yo había planeado alimentar a mi bebé en la mecedora que está en su cuarto, sin embargo, con los días me di cuenta de que pasábamos mucho más tiempo con él en el cuarto de papá y mamá y en la sala de la casa porque recibíamos muchas visitas. Entonces ideamos algo: las “estaciones de lactancia”.

Es casi un reflejo, cuando el bebé se pega al pecho da una sed tremenda y también suele dar hambre, así que de manera permanente puse tres “estaciones”: una en la sala, una en el cuarto de mi hijo y una tercera en el cuarto de papá y mamá. En cada una de ellas tenía a la mano una botella de agua y algo de comer (nueces y frutas secas, alguna fruta fresca, galletas) así que lo único que movía junto conmigo y el bebé era la almohada de lactancia. Se me ocurre que si tu bebé nace en época de frío, también puedes tener a la mano una frazadita. Esta idea me facilitó mucho el poder estar cómoda para lactar, sobre todo en los días que me quedaba sola con el bebé y que no había nadie en casa que pudiera ayudarme. Para conocer más acerca de tu alimentación durante la lactancia, da clic aquí.

Espero que mi experiencia te ayude o que te dé ideas para poner tus propias “estaciones de lactancia” caseras. Hazlas con lo que a ti te gusta o con lo que necesitas. Sobre todo, te serán de mucha ayuda durante los primeros meses que es cuando los bebés toman la teta más seguido.