La Bebeteca » Artemisa Padilla https://labebeteca.com Blog para mamás Tue, 15 Jan 2019 09:36:41 +0000 es-MX hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.1.25 Destete: ¡Prueba Superada! https://labebeteca.com/destete-prueba-superada/ https://labebeteca.com/destete-prueba-superada/#comments Wed, 11 Nov 2015 16:36:23 +0000 https://labebeteca.com/?p=10384 El fin de semana pasado cumplimos quince días de haber(nos) destetado. Mi hijo tiene exactamente 2 años y 5 meses de edad y aunque siempre pensé que lo dejaría destetarse de manera natural, recientemente decidí hacerlo de manera “unilateral”. Entre mis razones se encuentran básicamente dos:

  1. Se había generado una dinámica que no me gustaba: mi hijo ya no jugaba conmigo, ni leíamos libros, ni hacíamos otra cosa más que “chichi”. Entiendo el apego emocional y la importancia de sentirse cerca de mí, calientito en el seno materno, pero para mí era hasta triste, no interactuar con él para nada más que para el pecho. Además, generaba unos dramas de proporciones épicas cuando de pronto yo se lo negaba o intentaba negociar que en ese momento no.
  2. Yo necesitaba dormir porque trabajo jornadas larguísimas en el día: llevaba dos años y cinco meses de colecho y de tenerlo pegado al pecho durante toda la noche, todas las noches. Si bien seguimos colechando, ahora él duerme de corrido en dos tandas, 8 a 11 o 12 pm que se despierta y toma agua, y luego de ahí hasta las 6 am.

Cada bebé y cada familia son distintos y por ello creo firmemente que las decisiones sobre destete, alimentación, desarrollo y otros, no deben compararse.

Hablando por nosotros, la verdad, ha sido más sencillo de lo que pensé. De hecho, pensar en el destete definitivo me causaba sentimientos encontrados y mucho miedo. Había leído muchas experiencias y consejos… seguía valorando si hacerlo o no. Un viernes por la noche tomé la decisión y lo hablé con mi hijo, quien aunque es muy pequeño, entiende perfecto todo. Así pues, le dije “vamos a hacer un trato: mañana es el último día que tomas chichi”.

Todo el sábado le di el pecho cuantas veces me lo pidió y dos o tres veces le recordé que “mañana ya no habría chichi”. Esa noche, en algún momento me pidió y le dije que no, lloró un poquito, pero ofrecí abrazarlo y darle besitos para volverse a dormir. Y así fueron pasando los días, sin mayor drama. Tengo la “ventaja” de trabajar fuera de la casa, con lo que él ya estaba parcialmente destetado y, aunque durante la primera semana sí me siguió pidiendo la toma nocturna, le ofrecí un traguito de agua y un abrazo y eso ha funcionado bien.

El primer fin de semana sí me pidió unas dos o tres veces por día, a lo que le respondí que “ya no había” y a cambio le ofrecí abrazos, besitos y juegos. Hubo un par de veces que lloró y otras en las que simplemente se fue a jugar a otro lado, ignorándome. Tras la segunda semana, prácticamente no me volvió a pedir.

Creo que si piensas destetar, el secreto está en hacerlo con una actitud de mucho cariño, momentos de cercanía y juego. No regañarlos, no hacerlo de mala gana. Definitivamente, el pecho no es sólo la leche, las calorías o el alimento, sino todo un apego emocional al que hay que irse adaptando. Otra cosa súper importante que hablaba con mi pediatra-consultora de lactancia es que, si vas a hacerlo, lo hagas cuando estés convencida, ya que muchos casos de fracaso están relacionados con esos sentimientos encontrados de culpa o de tristeza que acompañan a la mamá en el destete… Si estos son muy fuertes, probablemente no están listos para destetar y más bien sientes presiones externas para hacerlo. Repito, yo pensé siempre en destetar de manera natural, sin embargo llegó ese momento en que estaba igual de convencida en hacerlo por iniciativa propia. Ambas se valen.

Vamos a mitad de la tercera semana y puedo decir que el destete ha sido prueba superada.

]]>
https://labebeteca.com/destete-prueba-superada/feed/ 0
Educar con valores y sin violencia https://labebeteca.com/educar-con-valores-y-sin-violencia/ https://labebeteca.com/educar-con-valores-y-sin-violencia/#comments Mon, 26 Oct 2015 15:28:59 +0000 https://labebeteca.com/?p=10376 Anoche llegué a mi casa para encontrarme con una circular de la escuelita de Martín, que se titulaba –palabras más o menos- “Educar con valores y sin violencia”. Ajá. Esos cuentos ya me los sé. Es más, yo ya he escrito sobre eso… otras mamás bloggueras ya han escrito sobre eso… páginas de crianza hacen mucho énfasis en ello… con las amigas se habla sobre eso… es muy fácil dar a otros consejos de educación.

La idea básicamente es educar con límites, pero al mismo tiempo con amor. Otra vez: se dice fácil, pero es de las cosas más difíciles con las que me he enfrentado en mis retos de ser mamá.

Hablando de valores, uno como papá o mamá suponemos que siendo “buenas personas” nuestros hijos aprenderán por ósmosis sobre la honestidad, la justicia, el respeto a los demás. Y puede ser que así sea, pero creo que sólo en parte. Hay que ser congruente y consistente en nuestras acciones pero también hay que hablar de los valores que nos interesa que ellos adquieran, explicarles por qué es importante interiorizarlos y promoverlos.

A la hora de ser papás, educar con el ejemplo es importante y puede resultar un gran aprendizaje sobre nosotros mismos y sobre como nos relacionamos realmente con el mundo. Si constantemente crees que tienes que limitar el uso de malas palabras enfrente de tus hijos, piensa que llevas años hablando así, con poco respeto. Es sólo un ejemplo, pero me parece revelador.

Por otro lado, disciplinar a los hijos también supone el reto de hacerlo sin violencia. Creo que nosotros todavía somos hijos de una generación donde “una nalgada a tiempo” salvaba de muchos problemas. A casi todos nos tocó y podríamos pensar que a pesar de todo “salimos bien”. Pero cuidado, la manera en la que ponemos límites y aplicamos medidas de disciplina sí les transmitirá una primera idea de cómo resolver el conflicto o los desacuerdos: con violencia o sin ella. Y créanme, todos los fines de semana hay momentos en los que, literal, me dan ganas de darle dos gritos, una nalgada y encerrarlo en su cuarto a que piense por qué hace tantos berrinches… ¡hasta parece que tuviera dos años! Y sí. Los tiene.

Yo no voy a negar las muchas, muchas veces que he perdido la paciencia. Nunca le he pegado, pero confieso con dolor en mi corazón que hay situaciones que me rebasan, que no soy la mamá perfecta que siempre quiero ser, que mi paciencia tiene un límite muy claro. Eso me hace humana y me hace poder ver esos errores o momentos de desesperación para que la siguiente vez, pueda al menos, intentar reaccionar con más paciencia.

Hablarle firme pero desde el amor, no desde la desesperación y el coraje de que las cosas no son como yo quiero en ese momento.

Así que al final, la circular de valores y educación con amor no cayó en saco roto. No está de más recordar todos los días que en nuestras manos tenemos la difícil tarea de criar un ser humano que pueda desarrollar todas sus capacidades y ser feliz. Y, últimadamente esto, al vivir en sociedad, tiene que ver precisamente con valores y límites que hagan de nuestros hijos mejores personas. No lo demos por hecho.

]]>
https://labebeteca.com/educar-con-valores-y-sin-violencia/feed/ 0
¡El primer día de escuela de mi hijo! https://labebeteca.com/el-primer-dia-de-escuela-de-mi-hijo/ https://labebeteca.com/el-primer-dia-de-escuela-de-mi-hijo/#comments Mon, 21 Sep 2015 16:09:16 +0000 https://labebeteca.com/?p=10323 Empezaré por decir que no lloré. Y también por aclarar que, aunque escribí parte de esto el primer día de escuela de mi hijo, la realidad es que pasó toda la semana hasta que lo pude terminar.

No presumiré que el lunes nos fue muy bien porque mentiría. La realidad es que todo iba bien: desayunamos en tiempo récord, se dejó poner el uniforme, se lavó los dientes, revisó y aprobó su lunch… El problema empezó cuando pidió una paleta.

¿Una paleta a las 8:20 de la mañana? No hijo, pues no hay. Y no había. De haberla tenido a la mano se la hubiese dado sin pelear. Al final, era su primer día de escuela y yo tenía el corazón encogido. El caso es que ese primer día se quedó muy enojado por el tema de la paleta, ni siquiera creo que le haya importado tanto lo de la escuela. Horas más tarde, salió feliz y cuando llegué a comer con él, me enseñó su primer trabajo manual: un camioncito de escuela con un oso que decía “Bienvenido” y se ve que él fue quien le pegó estrellitas por todas partes. Lo amé.

El segundo y tercer día, hizo pucherito y lloró un poco. Entiendo que a la hora de la salida estaba de buen humor. Su horario de siesta se ha ido ajustando, pasando a la hora de llegada a casa, con lo que también come más tarde y muy bien, por lo que su papá me ha contado.

El jueves sí lo vi más triste y se quedó llorando. El viernes fue distinto. Ese día les piden llevar un juguete “para jugar y compartir”. Así que Martín llevó un tren: Thomas. Cuando llegamos a la puerta del colegio, la Miss le preguntó si había llevado su juguete, y sin más, agarró al Thomas y me dijo “byeeee”.

Así cerramos la primera semana de escuela de mi pequeñito hijo de dos años. Esperemos que la semana que viene todo siga igual de bien.

]]>
https://labebeteca.com/el-primer-dia-de-escuela-de-mi-hijo/feed/ 0
Los animales y los niños: enseñando amor https://labebeteca.com/los-animales-y-los-ninos-ensenando-amor/ https://labebeteca.com/los-animales-y-los-ninos-ensenando-amor/#comments Thu, 20 Aug 2015 14:49:30 +0000 https://labebeteca.com/?p=10285 En mi familia siempre ha habido un profundo amor por los animales. Mis hermanos y yo crecimos y vivimos con perros, principalmente, aunque también hubo algunos gatos, peces, tortugas y gallinas. Ahora, mi hijo también crece con una perrita adorable que se llama Naima; de hecho, de las pocas palabras que Martín dice son “Naina” y “sit”. Lo que deja en claro que la presencia del perro y la interacción entre ambos han sido importantes.

Hay mucha literatura al respecto de las bondades de que los pequeñitos crezcan con mascotas, que van desde la generación de anticuerpos, hasta el desarrollo de sentimientos de amor y respeto hacia todos los seres vivos. Y esto es fundamental.

Soy partidaria de tener gatos, perros, cerditos, caballos, gallinas o conejos si se tiene el espacio. Animales de ese tipo, que son más domésticos. Estoy absolutamente en contra de comprar o conseguir animales exóticos como monos, lagartijas, lagartos, iguanas, serpientes, leones y otros felinos grandes, puercoespines, camaleones, tarántulas y otros insectos, o cualquiera que en realidad no sea un animal de trabajo o de compañía. Esto porque creo que sólo sufren al no estar en su hábitat natural. Piénsenlo, este último grupo de animales no “hacen gracias”, ni “conviven” naturalmente con los humanos… ¿entonces para qué tenerlos en casa?

En el caso concreto de nuestra familia, las lecciones más importantes de tener a Naima son:

  1. Requiere amor y compromiso porque es parte de nuestra familia.
  2. Requiere su propio espacio para dormir o comer. No hay que molestarlo, ni lastimarlo.
  3. Requiere de amor y cuidados, como el baño semanal, las vacunas periódicas, desparasitación o el corte de uñas.
  4. Requiere de salir al baño varias veces al día y aprovechar para correr un poco para hacer ejercicio y estar sano. –Y aquí entra otra responsabilidad del amo: levantar las cacas con una bolsita, misma que mi hijo ayuda a llevar cuando vamos al jardín o al parque–.
  5. Es feliz con una pelota, así que puede ser la compañía más linda cuando él no tenga con quién jugar.

Con sus debidos cuidados y precauciones, casi cualquier perrito o gatito serán un excelente aliado en la educación de nuestros hijos, y sin duda además, una fuente inagotable de diversión y amor.

]]>
https://labebeteca.com/los-animales-y-los-ninos-ensenando-amor/feed/ 0
10 reglas básicas de seguridad para los hijos https://labebeteca.com/10-reglas-basicas-de-seguridad-para-los-hijos/ https://labebeteca.com/10-reglas-basicas-de-seguridad-para-los-hijos/#comments Thu, 13 Aug 2015 21:49:17 +0000 https://labebeteca.com/?p=10266 Aún recuerdo que cuando tenía unos tres años, mi mamá me enseñó nuestra dirección y teléfono. Era el inicio de los años 80 y, aunque la Ciudad de México ya era enorme, seguramente era mucho más segura que ahora. De hecho, fue en esa época cuando me escapé de la guardería con mi amiga Ana; su papá nos encontró en la esquina del Eje 5 Eugenia y nos dio dos nalgadas del susto a cada una. No puedo ni siquiera pensar en la angustia y el dolor de perder a un hijo o que alguien lo robe, secuestre o le haga algo.

Sin afán de alarmar a nadie, creo que no sólo es deseable, sino necesario enseñar a nuestros hijos reglas básicas de seguridad y estar siempre atentas a lo que ellos nos cuenten sobre otras personas y lugares.

Escuchar se vuelve clave para detectar una situación “peligrosa”. Según mi experiencia y lo que he platicado con otras amigas mamás, estas serían las 10 recomendaciones principales:

  1. Enseñarles su nombre completo, dirección y teléfono; y que sepan los nombres de papá y mamá.
  2. No dejarlos ir al baño solos en lugares públicos. No importa que la hija entre con papá al baño de hombres, o que un niño sea acompañado por mami al de mujeres.
  3. Enseñarles que su cuerpo es suyo y nadie debe tocarlo (ok, salvo papá, mamá, o el doctor…).
  4. Repetirles a diario que no hablen con extraños, ni acepten regalos, dulces o comida de extraños, y no se acerquen o suban a coches de extraños.
  5. Igualmente importante: si un conocido o familiar les hace sentir incómodos, deben acudir con papá o mamá, siempre. Recordemos que muchos abusos a niños provienen de personas conocidas.
  6. Dar la mano en la calle y en lugares públicos como el supermercado, parque o centros comerciales. Como papás, es nuestra responsabilidad no perderlos de vista ni distraernos demasiado con el celular…
  7. No dejar que los niños contesten el teléfono, ni abran la puerta de la casa. Esto conlleva riesgos inmensos: desde dar datos privados de la familia, hasta permitir –sin querer- un robo o secuestro. Y de hecho, al haber niños, la puerta de la casa deberá siempre estar cerrada con llave, de tal manera que no puedan salirse solos.
  8. Enseñarles que está bien gritar y defenderse si alguien intenta hacerles algo, o si intentan secuestrarlos.
  9. Enseñarles desde pequeños que, al llegar a una esquina hay que parar por completo y voltear a ambos lados de la calle para ver que no vengan coches. Por cierto, siempre hay que cruzar por los pasos peatonales.
  10. Decirles que, si se pierden dentro de una tienda o centro comercial, acudan con un guardia de seguridad, o una cajera (enseñar que esas personas tienen uniformes que los identifican…) pero que jamás deben salir de ahí con un extraño.

¿Tienes algún otro consejo para aumentar la seguridad de los niños fuera de casa? Compártelo con nosotros.

También te recomendamos:

Medidas de seguridad en casa cuando hay bebés.

– Los terribles dos años: 6 tips de seguridad en casa.

 

]]>
https://labebeteca.com/10-reglas-basicas-de-seguridad-para-los-hijos/feed/ 0
4 Consejos para una Lactancia Materna Exitosa https://labebeteca.com/4-consejos-para-una-lactancia-materna-exitosa/ https://labebeteca.com/4-consejos-para-una-lactancia-materna-exitosa/#comments Fri, 07 Aug 2015 14:11:46 +0000 https://labebeteca.com/?p=10258 Cada año, durante la primera semana de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, así que quise escribir sobre ello. De entre todos los temas de crianza y bebés que me interesan, sin duda éste es el que más me entusiasma. Pensar que el cuerpo de las mujeres es capaz no solo de gestar, sino de alimentar a un nuevo humanito es increíble.

Y es que nuestra leche materna es, naturalmente, el alimento más indicado para nuestros bebés.

En el mundo, los datos varían, pero para mi país –México-, son terribles: sólo el 14 por ciento de las mujeres que dan a luz lactan a sus hijos. Esta decisión de amamantar debiera venir de manera natural y ser apoyada por nuestras parejas, familias y protegida por los sistemas de salud, sin embargo no es siempre así. Como mamás (y más las primerizas) estamos bombardeadas de prejuicios y desinformación a la hora de empezar con la lactancia: desde el típico “no tienes leche, complementa con fórmula”, hasta el “después del año tu leche es agua y ya no sirve”, pasando porque en los lugares de trabajo normalmente no hay un espacio para que las mujeres extraigan y almacenen la leche para el bebé que tiene que quedarse en casa … y es tristísimo.

Nadie dice que es fácil amamantar: es muy cansado y requiere práctica y una buena técnica, además de un gran apoyo de la pareja y las personas cercanas. ¡Pero sí se puede!

En mi caso, el “secreto” está en que nunca me planteé otra posibilidad, siempre supe que hacía lo correcto y que a como diera lugar, yo iba a darle leche a Martín. Hoy es un niño de dos años y casi tres meses que sigue tomando su chichi en las noches. Voy a dejar que se destete solo y de manera natural aunque a muchas personas les parezca extraño o exagerado… al final es nuestra decisión, suya y mía y de nadie más.

Como consejo para tener una buena experiencia de lactancia, lo que yo recomendaría es:

  • Buscar tener alojamiento conjunto en el hospital, para que desde el momento en que nace, el bebé pueda comer de mamá sin la necesidad de que le alimenten con fórmula en el cunero;
  • Buscar una consultora certificada de lactancia para que ayude con la técnica y la postura, lo que minimizará dolores y molestias en los pezones;
  • Tener mucha paciencia y alimentar a “libre demanda” y sin “complementar” con fórmulas, no poner horarios o ni restricciones que todavía recomiendan algunos médicos pediatras (que no están actualizados en el tema);
  • Informarse bien ya que son muy pocos los casos en los que realmente la lactancia puede estar contraindicada.

Celebremos y normalicemos la lactancia materna. No juzguemos a quienes lo hacen en público. Apoyemos desde nuestras empresas los espacios amigables para amamantar. Busquemos que nuestros gobiernos diseñen e implementen políticas públicas en favor de mamás trabajadoras que lactan y de sus bebés. Como sociedad, evaluemos los beneficios de salud a corto y largo plazo que tiene dar pecho versus las fórmulas lácteas.

Pensemos en que no hay fórmula ni alimento artificial que sea mejor para nuestros hijos, y, al menos los primeros seis meses de su vida intentemos darles leche materna.

]]>
https://labebeteca.com/4-consejos-para-una-lactancia-materna-exitosa/feed/ 0
Niños en la cocina https://labebeteca.com/ninos-en-la-cocina/ https://labebeteca.com/ninos-en-la-cocina/#comments Wed, 05 Aug 2015 15:36:06 +0000 https://labebeteca.com/?p=10248 Siento que durante algún tiempo, mi hijo era demasiado “chico” para hacer algunas actividades y demasiado “grande” para otras. De pronto, su papá –que es un gran aficionado al café- empezó a enseñarle a moler y a preparar los cafés de la mañana. Así me di cuenta que ya había afinado bastante su motricidad fina y que mover, echar, revolver, tapar, le resultaba divertido. Entonces, decidí aprovechar este “gusto” de Martín y su hermosa disposición a ayudar, para empezar a incluirlo como mi pinche en la cocina. En realidad sólo hemos hecho algunos panqués y otras cosas muy sencillas.

Me ayuda mucho, aprende, ejercita su coordinación, y pasamos un ratito juntos.

Hay muchas recetas que pueden prepararse en frío y son muy fáciles. Tal vez, hornear sea la primera “gran” actividad en la que los niñitos pueden ayudar, ya que básicamente implica mezclar ingredientes, batir y acomodar en moldes para que luego sea mamá o papá quien lo meta al horno. Sin embargo, la cocina también es un lugar potencialmente peligroso: hay cosas calientes y cuchillos, por ejemplo. Por ello, es pertinente tomar algunas medidas a la hora de meter a nuestros hijos a la cocina.

Estos son mis tips y consejos para niños mayores de dos años: 

  1. Nunca dejar a tu hijo solo en la cocina.
  2. Enseñarle que el horno, cuando está caliente, quema.
  3. Subirlo a una silla, mostrador o banquito donde tenga alcance pleno a los ingredientes o utensilios que va a usar.
  4. Tener todos los ingredientes listos para evitar usar cuchillos u otros artículos que puedan ser peligrosos. Por ejemplo, si vamos a hacer un sándwich, ya tener las rebanadas de pan, el queso, el jamón, los tomates y lechugas listos para solamente irlo “armando”. Si es un panqué o galletas, tener los ingredientes en recipientes pequeños para que nuestro hijo pueda ir mezclando en un tazón grande.
  5. Ser pacientes, porque a veces ellos quieren hacerlo a su manera, así que hay que enseñarles como sí y como no.
  6. Enseñar que cocinar y limpiar son parte de la diversión. Así, tu pequeño también puede ayudar a limpiar. Recordemos que a los toddlers les encanta limpiar y ayudar con todo tipo de cosas.

Puedes empezar haciendo: sandwichitos, a preparar algún lunch de galletas con queso, galletas y panqués horneados, gelatina o algún pay de queso con yogurt que no se horneé.

¿Qué otras ideas se te ocurren?

]]>
https://labebeteca.com/ninos-en-la-cocina/feed/ 0
He decidido no pelear con mi hijo https://labebeteca.com/he-decidido-no-pelear-con-mi-hijo/ https://labebeteca.com/he-decidido-no-pelear-con-mi-hijo/#comments Mon, 20 Jul 2015 17:01:15 +0000 https://labebeteca.com/?p=10207 La transición de ser mamá de tiempo completo a ser mamá de fin de semana, ha sido muy dura para mi relación con mi hijo. Pasamos de estar juntos todo el tiempo por un año y medio exactamente, a vernos sólo una hora por las mañanas, y los fines de semana. Aunque trato de sacar “lo mejor” de ese tiempo, me he topado con mis propias frustraciones porque las cosas no suceden como yo quiero. Mi hijo está en una etapa de mucho berrinche y de que, además, a veces me cobra la ausencia portándose fatal cuando sí estoy.

Esta situación se hizo bastante crítica hace un par de meses. Tanto que ya me daba miedo que llegara el fin de semana porque sólo me la pasaba enojada y con ganas de gritar e irme de mi casa. Honestamente, fue una etapa muy triste y difícil para ambos porque sé que él también quería estar conmigo y divertirse pero no lo lográbamos: Él solo peleaba conmigo por la comida, por ponerse calcetines, por salir al parque, subirse al coche y por todo. TODO era un problema y yo cada día me frustraba y me enojaba más por no poder hacer nada con él. Mi esposo me recomendaba no perder la paciencia, no tomarlo tan en serio, intentar ser más cariñosa y empática. Yo simplemente no podía, a pesar de haber leído mucho sobre esta etapa, no lo estaba logrando.

De pronto, hubo un día en que algo pasó y logré no perder la paciencia, ni gritar: calmadamente le dije “cuando estés listo para ponerte los calcetines, me avisas” y me salí de su cuarto. Él se quedó llorando unos minutos y luego salió muy dispuesto. Otro día, lo mismo: “cuando ya quieras que te cambie el pañal sucio, me avisas” y minutos después vino muy tranquilo a que le cambiara el pañal.

Entonces descubrí que si le doy un poco más de tiempo del que estaba dispuesta a darle para completar una tarea o hacer algo, él sí llega al punto cooperativo y feliz que yo buscaba tan desesperadamente.

Aún me cuesta muchísimo trabajo no perder los estribos, sin duda esto de la paciencia y los límites con amor, me han costado muchísimo trabajo en los últimos meses. Para mi sorpresa no soy la mamá “perfecta” que en otro momento creí ser. ¡Sin duda también hay personas, como mi esposo, que son muuuucho más tolerantes y pacientes!

Mi aprendizaje de estos meses del terror es que vale la pena “encontrarles el modo” como decimos en México e intentar ver qué funciona para obtener un buen resultado y no acabar enojados, ni frustrados. Además de los dos ejemplos, estos son algunos tips:

  1. Avisar con tiempo de las transiciones. En mí caso, ¡muuuuuuuuuuucho tiempo! más de media hora con dos o tres recordatorios tipo: “ya nos vamos a ir a casa de tus tíos”, “acuérdate que pronto vamos a subirnos al coche para ir a casa de tus tíos”, “ya estamos todos listos para ir a casa de tus tíos”.
  2. No tomar sus berrinches personales y darles un poco de espacio. Sin caer en que se sientan abandonados y regañados, sí poner límites en cuanto a que se va a hacer lo que mamá o papá digan, pero con cierta tolerancia a que ellos asimilen y cooperen (como lo de los calcetines).
  3. ¡Hacerlo divertido! Soy una maniática de lavarse los dientes y esto también era motivo de peleas y gritos, pero ahora intento lavar mis dientes al mismo tiempo y así él me ve y aprende, hacemos bromas y nos reímos… curiosamente, al final ya me deja a mí darle una “última pasada” que es la lavada de dientes real y efectiva. Seguro así se logran más cosas en el tema de los dientes, meterse a bañar, vestirse y otros.
]]>
https://labebeteca.com/he-decidido-no-pelear-con-mi-hijo/feed/ 0
Eligiendo una escuela para Martín https://labebeteca.com/eligiendo-una-escuela-para-martin/ https://labebeteca.com/eligiendo-una-escuela-para-martin/#comments Mon, 06 Jul 2015 19:47:35 +0000 https://labebeteca.com/?p=10173 Quienes han leído mis distintos artículos para La Bebeteca, saben que fui mamá de tiempo completo y que ahora volví al trabajo con jornadas muy largas de doce horas o más y que, desde que esto es así, a mi hijo Martín lo cuida su papá con ayuda de una nana. Si no lo sabías, ya te conté mi historia en tres líneas. Más allá de que ha sido un niño completamente feliz en casa, mi esposo y yo decidimos que tras cumplir dos años, ya era hora de que fuera a la escuela. ¿Qué nos llevó a tomar la decisión? Pensamos que él necesita una estimulación que no tiene en casa por más que podamos jugar, o cantar, o contar, o dibujar con él.

Hay bebés que van a la escuelita desde muy pequeños, otros que no lo hacen hasta los tres, que inicia el jardín ó kínder. La opción de que los cuide alguno de los papás, una nana, la abuelita o alguien más, versus que vayan a guardería, es una decisión muy personal. Hay cosas que funcionan para algunas familias, y otras que no.

Ahora, vamos al punto. Estas son las consideraciones que me parece importante notar a la hora de buscar escuelita para los nenes:

1) Hay varias corrientes o filosofías educativas que son importantes conocer, sobre todo ya en los niveles de pre-maternal, maternal y kínder. Por ejemplo, nosotros elegimos uno que toma algunas ideas del Montessori, pero sin serlo al 100 por ciento, además usan filosofía constructivista y algunas otras ideas de Jean Piaget; un poco de todo y ese enfoque me gustó mucho.

2) Otro factor son los horarios que ofrezca, dependiendo de las necesidades: si será guardería de tiempo completo, o si irás por las que solo ofrecen planes “escolarizados”, digamos de 9 a 1 de la tarde, si tienen o no comedor, etcétera.

3) La cercanía a la casa. Por ejemplo, nosotros vimos varias que están a una distancia de no más de 5 cuadras la más lejana y decidimos por la que está a una cuadra y media. Esto, con el objetivo de que papá o la nana puedan ir a recogerlo caminando ya que el único coche de la familia me lo llevo yo a mi trabajo. Tal vez esto no es un tema para otras familias que pueden moverse más fácil, para nosotros sí fue determinante.

4) Si es pública o privada (¿o tal vez es de la empresa donde trabajas?) porque esto tiene repercusiones directas en la economía familiar que no hay que dejar de observar. No es lo mismo optar por una guardería o jardín de niños público, a uno privado donde hay colegiaturas, cuotas extra, costos por seguros, y otros. Y aquí hay otro factor: normalmente, si quieres educación bilingüe, al menos en México, hay que pagar por ella y elegir un colegio privado.

5) Si tienen cursos de 12 meses o solo de 10. Esto es importante preguntarlo porque efectivamente, hay escuelitas que se toman todo el verano de vacaciones, y hay otras (más pensadas para papás que trabajan) en las que sí trabajan “todo el año”.

Creo que esta pequeña lista resume en gran medida las cosas que nosotros tomamos en cuenta para elegir la escuelita a la que Martín empezará a ir en un par de meses.

¿Tu cómo elegiste o crees que faltó algo?

]]>
https://labebeteca.com/eligiendo-una-escuela-para-martin/feed/ 0
Soy mamá y no tengo un minuto para mí https://labebeteca.com/soy-mama-y-no-tengo-un-minuto-para-mi/ https://labebeteca.com/soy-mama-y-no-tengo-un-minuto-para-mi/#comments Fri, 05 Jun 2015 23:38:02 +0000 https://labebeteca.com/?p=10092 Ya sabemos que la maternidad conlleva sacrificios. No es necesario estarlo repitiendo, ni hay que embarrárselo en la cara a las mamás primerizas. Ya lo experimentarán… También es cierto que la vida no vuelve a ser igual: que nunca vas a amar, entender, compartir, reír y llorar como lo harás después de ser mamá. El tiempo vuela y la vida va con él.

Si deciden seguir leyendo, déjenme poner en claro una cosa: a pesar de lo que voy a decir, obviamente TODO VALE LA PENA por nuestros chiquitos, de eso no tengo dudas. Es la mejor experiencia del “mundo mundial”.

Tuve la fortuna de quedarme con mi hijo durante su primer año y medio exactamente. Después, tomé un trabajo muy demandante que me exige un horario de 10 a 12 horas diarias en la oficina. El costo principal, evidentemente, ha sido dejar a mi hijo y sentir que “me pierdo” de cada minuto de su día a día. Antes, cuando estaba con él, yo era su estimuladora principal, su proveedora de alimento, su cuidadora y todo, durante todo el día todos los días. De modo que pasé de un trabajo de 24 horas a uno de 36, pues aunque no esté con mi hijo esas 12 horas, estoy todo el tiempo pensando y pendiente de él.

Y esto ha tenido un costo aún mayor para mí en lo personal: no tengo un minuto para mí. Nunca. Jamás.

Mi esposo tiene la oportunidad de hacer oficina en casa y así, muchos días comparte los cuidados de nuestro hijo con una nana (¡no sé qué haría sin ella!). De manera que, de lunes a viernes, yo me voy de casa a las 8:30 de la mañana y llego pasadas las 10 de la noche; obviamente llego molida y a dormir. Los fines de semana, digamos que “me toca” cuidar, amar, jugar, limpiar, alimentar, consolar a mi hijo, porque entre semana ya le tocó al papá todo el día y casi todos los días.

Para que se den una idea de mi día a día, me he tardado dos semanas en acabar este pequeño artículo que no supera los 3 mil caracteres. Y no me tardé en acabar porque me haya sentado a leer alguno de los libros que tengo a medias, o porque el fin de semana (largo por un feriado) me haya sentado a hacer algo de lo que más me gusta: pintarme las uñas. Me tardé porque todos los días de la semana pasada la carga laboral estuvo brutal, ni siquiera hubo oportunidad de salir a comer.

Yo sé –confío, al menos– que muchas de ustedes se identifican conmigo. Y por más que leamos, pugnemos y exijamos tener esos espacios “libres” para nosotras, la realidad del día a día consume más que cualquier plan de “hacernos un tiempo”. Al menos es mi sentir en los últimos meses.

]]>
https://labebeteca.com/soy-mama-y-no-tengo-un-minuto-para-mi/feed/ 0