El parto en agua es una alternativa cada vez más popular para dar a luz de manera natural. Es decir, de manera vaginal y sin asistencia de medicamentos para el dolor. Sin embargo, es muy importante que sepas que es una opción viable únicamente para mujeres que han tenido un embarazo sano y libre de riesgos.
Por eso, a continuación te enlistamos ciertas características para ser candidata a un parto en el agua:
- Tu embarazo debe llegar a término: al menos debes tener 39 semanas de gestación.
- Tu bebé debe estar colocado en la posición correcta para nacer: es decir, no debe estar con los pies hacia abajo o de manera transversal en el vientre, sino con la cabeza hacia abajo.
- No debes presentar sangrados, ni riesgos de hemorragia.
- No debes padecer ningún tipo de infección vaginal.
- No debes presentar alteraciones en tu presión arterial, un ejemplo sería la preeclampsia.
- Si vas a tener un parto múltiple, es importante que discutas con tu médico los riesgos que conlleva tenerlo en el agua.
- No debes padecer herpes: ya que se contagia fácilmente a través del agua.
- Al momento del parto, no debes presentar fiebre.
- Tu bebé debe estar sano: no debe presentar ningún tipo de anormalidad.
Aunque cumplas con todas estas características, es muy importante que tu médico evalúe particularmente tu caso para determinar si eres candidata a un parto en agua. Recuerda que tu salud y la de tu bebé son lo más importante que debes tomar en cuenta al realizar tu plan de parto.
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