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Hace algunos meses leí en Internet sobre el lenguaje de señas para bebés. Desde el principio me llamó mucho la atención que a partir de los seis meses pudieras enseñarle a tu bebé algunas señas para comunicarte mejor con él. En ese entonces, mi hijo tendría unos ocho meses, así que decidí empezar ese mismo día.
El supuesto básico es que cuando los bebés aprenden señas con las manos, pueden pedir cosas como agua, comida, un juguete o leche, o bien pueden decir si tienen el pañal sucio o si les duele algo.
Esto reduce mucho la frustración en los bebés y en sus mamás, papás o las personas que los cuidan. Y claro que habrá quien piense que el lenguaje de señas para bebés les inhibirá el habla cuando sean un poco más grandes, pero estudios han comprobado que no, los niños hablan de manera normal aún cuando hayan aprendido muchas o algunas señas.
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En Internet y en Youtube hay varias guías, tanto en inglés como en español, así que tomé una de ellas que recomendaba empezar con cinco señas básicas. En nuestro caso fueron: mamá, papá, perro, agua, leche y pelota. Pasaron algunos días y no conseguí ningún resultado visible: yo hacía la seña y repetía la palabra y mi hijo se reía de mí… Hasta que un día de regreso de un paseo en la carriola, mi mamá y yo veníamos tomando agua y ¡él hizo la seña del agua! Así que desde ese día ya sabemos cuando tiene sed.
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Ahora él sabe comunicarme cuando tiene sed, le llama al perro, sabe decir cuando quiere que prendamos la luz y cuando quiere comida. Todavía estamos practicando que aprenda a decir pelota, libro, y leche. Aunque los progresos son lentos, yo sé que él entiende muchas palabras y solo le falta asociarlas a sus habilidades motrices.
Así que una buena alternativa para reducir el estrés y la frustración de “no sé qué tiene mi bebé” puede ser iniciarse en el lenguaje de señas para bebés, ya sea con algún curso formal, o como yo, con alguna guía por Internet.
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