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La lactancia materna disminuye el riesgo de muerte de cuna

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Los especialistas no han encontrado las causas exactas por las que ocurre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), también conocida como muerte de cuna. Lo que  sí han descubierto es que hay ciertos factores que reducen la probabilidad de que esta suceda. Uno de los factores más importantes es la lactancia materna, pues está comprobado que los bebés amamantados tienen entre un 40-60% menos riesgo de sufrir la muerte de cuna. Esta protección se amplifica aún más cuando el bebé es amamantado exclusivamente, ósea sin suplementos alimenticios, ni con fórmula.

Los bebés amamantados tienen entre un 40-60% menos riesgo de sufrir la muerte de cuna

Se sigue investigando a detalle por qué la leche materna ayuda a reducir el riesgo de la muerte de cuna, pero se cree que su alto contenido de anticuerpos evita el surgimiento de infecciones respiratorias y gastrointestinales en los bebés. También se cree que los aminoácidos que contiene esta leche permiten que los bebés se mantengan más alertas durante el sueño, ayudándolos a disminuir las apneas o pausas respiratorias mientras duermen.

La duración de la lactancia materna también influye sobre el riesgo de muerte de cuna, por lo que los expertos recomiendan amamantar por lo menos un año. Sin embargo, varios estudios han demostraron que amamantar a los bebés, aunque se haga por un corto periodo, los protege de la muerte de cuna. Por lo tanto, ¡si solo puedes amamantar a tu bebé durante un mes, amamántalo un mes!

¡Si solo puedes amamantar a tu bebé durante un mes, amamántalo un mes!

Recuerda que además de la lactancia, es importante sumar otras medidas para reducir lo más posible el riesgo de la muerte de cuna. Entre estas medidas se encuentran: acostar boca arriba a tu bebé, no fumar cerca de él, evitar abrigarlo demasiado, usar un colchón que no sea muy blando, y no dormir con él en la misma cama o usar colecho.

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