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Cuando tu bebé llega al mundo, su cerebro no tiene escrito ningún aprendizaje. Para ir adquiriendo aprendizajes necesita que se lleven a cabo las conexiones neuronales. Es por ello que la estimulación temprana es tan necesaria en sus primeros años de vida.
Desde el primer momento de vida de tu bebé, algunas de sus neuronas tienen información genética que permiten generar las conexiones necesarias para las actividades innatas como son: la respiración, la regulación de la temperatura corporal y los reflejos. Sin embargo, la mayoría de las neuronas están esperando un estímulo para que de este modo puedan comenzar su conexión y por ende, su funcionamiento.
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Lo ideal es practicar la estimulación temprana durante los primeros 3 años de tu bebé, ya que es cuando el cerebro se encuentra en el estado más receptivo de su vida. El desarrollo intelectual depende en gran medida de las conexiones que se hagan durante esta primera etapa.
El objetivo principal de la estimulación temprana será favorecer la autonomía del niño y proporcionarle las herramientas que necesita para poder ir superando las dificultades que se le presenten a lo largo de su vida, así como sembrar en él la curiosidad de conocer su entorno.
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El papel de la curiosidad es fundamental para que se logre un aprendizaje, por eso no debes frenarla. Imagínate, los estímulos que captan la atención de tu bebé entran a través de sus sentidos, por lo que las descargas que se generan en su cerebro hacen que se lleven a cabo las conexiones neuronales. Por ello, es necesario que hagas actividades con tu bebé que estimulen todos sus sentidos, por ejemplo: escuchar una canción, recibir una caricia, probar nuevos sabores, oler diferentes fragancias o ver objetos de muchos colores. Todas estas experiencias sensoriales ayudan a fomentar, desarrollar y fortalecer sus habilidades.
Es importante es que las actividades de estimulación temprana sean constantes, ya que la repetición es necesaria para que tu bebé refuerce sus habilidades mentales. Incluso, cada vez que hagan cierta actividad puedes variar los materiales o el lugar donde la realizan para que las experiencias sean más significativas para tu bebé.
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Otra cosa que debes tomar en cuenta para la estimulación temprana es la paciencia. Recuerda que el aprendizaje es un proceso que requiere de cierto tiempo dependiendo de las características de tu bebé. Por eso, no es recomendable que compares a tu bebé con otros niños, ya que cada quien se desarrolla a su tiempo. De igual manera, evita regañarlo si no alcanza un objetivo, ya que en esta etapa necesita de muchas reafirmaciones positivas para tener seguridad en si mismo.
Para que tu bebé esté dispuesto a recibir el aprendizaje, es importante que ambos se encuentren en un ambiente tranquilo y que te dirijas a él de manera cariñosa. Déjate sorprender por todos los nuevos logros de tu bebé, felicítalo cuando tenga avances ¡y disfruten mucho de esta etapa llena de logros y aprendizajes!
¡Mucha suerte!
