Los primeros años en el desarrollo de tu bebé son los más importantes. Estos determinarán en gran medida la manera en que se desenvolverá en su entorno y en su vida futura. Por lo tanto, te recomendamos que te asegures de darle las herramientas que necesita para su desarrollo integral. Ayúdalo a que crezcan sus habilidades intelectuales, a que su imaginación se expanda, a que se le facilite la convivencia con otras personas y a que sepa como expresar sus emociones.
No creas que la estimulación temprana busca que tengas a tu bebé todo el día estudiando. Lo que pretende es que el aprendizaje se realice a través del juego y de forma placentera.
Para lograr esta estimulación, debes evitar ser una observadora pasiva del juego de tu hijo y más bien formar parte de este.
Ten en cuenta que los niños pueden aprender jugando. Esto lo hacen si están solos o si están acompañados. Te recomendamos que potencies los juegos de tu hijo. ¿De qué manera? Explicándole el juego, motivándolo para que descubra y experimente por su cuenta. Es muy sencillo hacerlo, no tienes que invertir en juguetes nuevos, ni tener un área especial en la casa para poder hacerlo. Simplemente tienes que hablar con él, interesarte en lo que está haciendo y mostrarle un sinfín de posibilidades a partir de los juegos que ya conocen.
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A continuación algunos ejemplos para aprender jugando:
- Jueguen a nombrar las cosas cuando vayan en el coche, cuando salgan a pasear o cuando estén en el jardín. Además, dale adjetivos propios a estas cosas “¿Qué es eso? ¡Es una tortuga! La tortuga es verde y camina muy lento”.
- Pinten con los dedos. Esto le dará coordinación en sus manitas y además puedes enseñarle los nombres de los colores: “Vamos a dibujar un sol amarillo”.
- Nombren las partes del cuerpo. Esto, además de ayudarlo a conocerse a si mismo, puede ayudarlo a empezar a familiarizarse con las cantidades, por ejemplo: “Estos son tus ojitos, tienes dos ojitos” “¿Cuáles son tus ojitos?” “¿Cuántos ojitos tienes?”.
- Hagan ejercicio. Corran, caminen, salten, gateen. De esta manera adquirirá el gusto por mantenerse en movimiento. Mientras lo hacen, dile frases positivas.
Te recomendamos que te enfoques en el placer que estos juegos pueden proporcionarle a tu hijo. Es importante que no sienta que la hora del juego es una obligación. Si rechaza la actividad, no lo fuerces, inténtalo en otra ocasión. Te recomendamos que nunca lo presiones a adquirir conocimientos, si no lo hace de manera natural, algo no está funcionando y hay que probar con otras variantes del juego.
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Y recuerda, ¡disfruta jugar, tanto como lo hace tu hijo!
Para conocer una guía general sobre la estimulación temprana por la experta Ana Serrano, da clic aquí.