Todos los papás nos preocupamos por saber cómo educar a los hijos para que sean personas responsables. La mayoría de las veces, intentamos lograr esto a través de la disciplina. Sin embargo, la educación no solo se trata de poner reglas y asegurarnos de que las sigan, sino de crear confianza y lograr que nuestros hijos además de responsables, sean felices.
El balance entre disciplina y diversión se traduce en salud emocional para nuestros hijos.
La disciplina y la diversión son actitudes que son complementarias entre si y que no están peleadas la una con la otra. Divertirte, hacer chistes, bailar y cantar con tu hijo, no es incompatible a que le hagas saber que hay ciertas reglas y límites muy claros respecto a ciertos puntos. Algunos ejemplos pueden ser: uso de la violencia, horarios, no comer comida chatarra o reglas sobre su seguridad.
El balance entre disciplina y diversión se traduce en salud emocional para nuestros hijos. Todo ser humano para ser feliz requiere de disciplina, orden y estructura, es decir de límites; así como de momentos para divertirse, reírse, hacer deporte, pintar, jugar, escuchar música, aprender ajedrez, ir a fiestas, compartir con familiares y amigos. En fin, para hacer aquello que más le gusta y disfruta.
Para balancear entre disciplina y diversión, simplemente asegúrate de que tu hijo entienda que existen ciertas reglas muy claras que no se van a romper. Después de eso ¡a divertirse en lo que mejor les parezca!
Descubre cuál es la base para establecer límites, rutinas y disciplina.