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El castigo no es la solución para resolver los berrinches en los niños. En cambio, un castigo solo hará que tú y tu bebé se enojen más. Piensa que cuando tu hijo está a la mitad de su berrinche no razona; está inmerso en su frustración o enojo. Por lo que te sugerimos mantener la calma y darle tiempo para que se le pase. Una vez que se le pase, es posible que tu hijo necesite que lo abraces y que lo hagas sentir seguro, ya que haber perdido el control pudo haberlo asustado. Si están en público, nunca le grites o lo humilles enfrente de otros. En vez, deja que se calme y luego explícale amorosamente porque no puede hacer lo que sea que le están impidiendo tú u otra persona.
Independientemente de que decidas, abrazarlo o no, es importante que no le cambies las reglas después de los berrinches. Por ejemplo, si le dijiste que es hora de bañarse y respondió con un berrinche, sigue siendo hora de bañarse. Esto es para que se dé cuenta que a través de los berrinches no se consigue nada.
Ten en cuenta que el berrinche de tu hijo no es asunto de nadie más que suyo y tuyo. No dejes que las miradas de otras personas, las comparaciones, los comentarios u otras presiones sociales influyan en tu decisión de ignorar su berrinche y seguir firme con las reglas que ya están establecidas. Los berrinche son muy comunes en niños de entre 2 y 4 años. Incluso es normal que muchos niños hagan berrinches en público. Esto no significa que tú seas una mala madre, sino que eres la madre de un niño pequeño que probablemente está confundido entre lo que puede y no puede hacer.
Recuerda que la solución a los berrinches en bebés no son los castigos, ni las humillaciones, sino los límites claros y la constancia con las reglas.
Para más información sobre como manejar berrinches te invitamos a leer el artículo: ¿Qué puedo hacer cuando mi hijo hace berrinches?
