1. ¿Es difícil la transición del pecho al biberón?
Una de las preguntas más comunes que escuchamos las personas que nos dedicamos a ayudar a mamás que amamantan es si necesitan “enseñar” o “preparar” al bebé para tomar mamila o biberón. La respuesta es: no. El bebé está diseñado para succionar, así que puede hacerlo tanto de un biberón como de tu pecho.
Otro de los mitos más difundidos está al decir: “mi bebé no quiere la mamila por ningún motivo”. Realmente, es casi imposible que un bebé rechace la mamila por completo, pero lo que sí es posible y desafortunadamente muy común, es el que rechace el pecho por haber estado expuesto a la mamila. Ve este video si tú estás en esta situación.
2. Entre el biberón y el pecho ¿Por qué algunos bebés prefieren tomar más de uno que de otro?
Vale la pena resaltar que si tu bebé quiere o no el biberón depende en gran medida de su temperamento (así como muchos otros rasgos que observamos en los bebés). Hay bebés que succionan felizmente cualquier cosa que se les dé, ya sea chupón, pecho o biberón, pero existen muchos otros que se muestran más selectivos en su decisión.
3. ¿Por qué algunos bebés prefieren el biberón al pecho?
Si las mamás tuviéramos “abiertos” los conductos que llevan la leche, estaríamos constantemente tirando leche como si fuésemos una llave de agua abierta. Para que esto no suceda, los conductos están “cerrados” y solo hasta que los estimulamos, normalmente con la succión del bebé, se da una cascada hormonal que envía la señal de que es momento de “abrir la llave” y dejar salir la leche. El tiempo que esto tarda varía de mujer a mujer, pero va desde algunos segundos hasta un minuto. El bebé aprende que debe esperar pacientemente a que esto suceda y unos instantes después, recibirá el premio: un flujo abundante de leche.
Cuando le damos biberón a los bebés, este tiempo de “espera” se vuelve inexistente. El bebé rápidamente se podría acostumbrar a que la leche le salga en el instante que inicia la succión, sin necesidad de que se haga algún esfuerzo. Es decir que se acostumbra a que la leche de la mamila fluya libremente hacia su boca, y además, a que el flujo sea constante y continuo. Esto puede ocasionar que el bebé, al regresar al pecho, ya no quiera hacer el esfuerzo o se enoje cuando ocurran estas variaciones naturales en el flujo de la leche.
A esta situación se le llama: “confusión de flujo”.Lo cual es distinto a la “confusión de pezón”. Esta última se da cuando el bebé es expuesto, normalmente en sus primeras semanas de vida, a tetillas artificiales, ya sea de mamila o de chupón. Entonces, el bebé solo identificará la sensación del plástico para iniciar la succión y al sentir la piel o más bien el pezón de su madre, no lo identificará como el lugar de donde “sale” la leche.
Por estos dos motivos, siempre recomendamos no darle al bebé chupones artificiales, ni flujos de biberones: por lo menos en las primeras seis semanas de vida. Posterior a este momento, se recomienda solo usar estas tetillas artificiales en casos verdaderamente necesarios, por ejemplo: por regresar al trabajo o por alguna emergencia.
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4. ¿Cuándo se recomienda el uso del chupón?
La regla más importante del chupón es nunca darlo antes de comer o para entretener el hambre. Es decir, no usarlo como medio para establecer horarios o para no darle de comer al bebé cuando así lo pida. Es importante recordar que aunque el chupón parece una herramienta útil para tranquilizar al bebé, en un futuro se puede asociar con infecciones del oído, problemas dentales y en relación directa con la lactancia: podría ocasionar dolor en el pezón, candidiasis y/o que no aumenten de peso lo necesario. Así que si lo usas, trata de limitarlo a las situaciones realmente necesarias.
5. Si es indispensable que tome mamila, ¿qué puedo hacer para reducir la confusión de flujo?
Primero, busca un biberón que tenga la forma lo más parecido al pecho materno, es decir, que el “pezón” o la tetilla de la mamila no sean demasiado largos y que la textura sea lo más similar posible. Por otro lado, es fundamental que al voltear la mamila, no gotee para que haga que el bebé succione para obtener la leche.
También es importante la técnica con la que se da la mamila, por ejemplo: intentar que el bebé dé algunos tragos y descanse, tal cual lo hace naturalmente en la toma en el pecho; así como que el tiempo que nos tardemos en alimentar al bebé sea más o menos igual, de esta forma evitaremos que el bebé tome leche de más.
Recuerda que es mucho más fácil mantener una lactancia sana con un inicio adecuado, a tener que “arreglar” posteriormente situaciones o problemas que podían haberse evitado, con la información y asesoría adecuada.
Si quieres conocer las situaciones en las que no debes amamantar, da clic aquí. Y si te encuentras en una de estas situaciones y quieres saber cómo introducir el biberón, da clic aquí.