El año 2015 es un gran boceto para mí. Una enorme hoja con mil cosas por hacer. Una lista cargada de anhelos, planes, proyectos y lindas ideas.
La semana pasada hice la primera palomita de una de mis tantas listas. ¡Y qué palomita! Emma comenzó el kinder “para grandes”. No puedo explicarles exactamente qué sintió el primer día durante las 4 cuadras que separan casa de la escuela, ni que experimentó al llegar y encontrarse con los brazos abiertos de la maestra, porque eso sólo ella lo sabe. Pero sí puedo decirles qué reflejaba su cara: nervios, emoción, timidez, alegría, ansiedad. Un mix increíble que decía más que mil palabras.
La primera jornada fue corta, de una hora. A pesar de un pequeño llanto a dúo (quizás por la emoción) al encontrarse con un amiguito del “kinder ya no rodante”, fue exitosa. Junto a la maestra, se divirtió con masa y conoció cada rincón de la sala. Al verme en la puerta esperándola, corrió con una enorme sonrisa al grito de “mamá, mamá, kinder”, para terminar con un abrazo de esos que quieres que sea interminable. La semana de adaptación concluyó increíblemente bien. Ella feliz, en su nuevo espacio y con sus nuevos amigos, y yo con la enorme tranquilidad de haber elegido una gran propuesta para mi peque.
Esta sin duda será una de las incontables “primeras veces” que pasaremos este año. El 2015 llegó para cerrar círculos y abrir otros tantos. Emma cada día es más niña y menos bebé. ¡Nos esperan muchísimas novedades y roles nuevos! Los principales, ella como hermana mayor y yo como mamá por dos.
¿A ustedes también las emociona el aroma a nuevo de todo lo que nos espera este año?
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Con cariño,
Mamá Pia