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El yoga es una práctica milenaria, en la que a través de distintas posturas se va desarrollando el cuerpo y la mente, y la conexión con uno mismo. Surgió en la India y la palabra viene del sánscrito ioga que significa unir o conectar. Existen muchos tipos de yoga y hoy en día hay un sinnúmero de variantes, entre las cuales podemos encontrar el yoga para embarazadas. Esta práctica ha modificado las posturas para que sean seguras para ti como mamá y también para tu bebé, y que al mismo tiempo tengas muchos beneficios.
El yoga para embarazadas o yoga prenatal te ayudará a conectarte mejor contigo misma y con tu bebé. Además podrás aprender a respirar como herramienta de relajación, desarrollarás una mayor tolerancia a las incomodidades del embarazo, y podrás relajarte en este proceso.
Se recomienda que la práctica de yoga para embarazadas la empieces cuando tengas mínimo tres meses de embarazo. Si has practicado yoga antes, puedes hacerlo desde el primer trimestre, pero siempre consultándolo con tu médico. Recuerda que es importante que tu doctor esté enterado de las actividades físicas que planeas realizar y que las apruebe para que no sufras complicaciones, ni riesgos. Es importante que sepas que no necesitas haber practicado yoga antes de tu embarazo para poder hacerlo durante este periodo. La ventaja del yoga para embarazadas es que las posturas son sencillas. Como para el resto de los ejercicios para embarazadas que decidas practicar, se recomienda que si hay cualquier dolor, dejes de hacerlo.
Lo ideal durante la clase de yoga para embarazadas es que logres que tu cuerpo se estire y se relaje. Si mientras estás practicando te sientes cansada, puedes parar, descansar y después retomar la práctica. Te recomendamos que te mantengas bien hidratada antes, durante y después de la clase y que comas algo un par de horas antes de empezar tu práctica. No hay un número máximo de veces que puedes practicar yoga por semana. Muchas personas te dirán que puedes hacerlo diario, todo dependerá de la cantidad de tiempo que tengas y del dinero que estés dispuesta a invertir en las clases.
¡Esperamos que si te animas a practicar yoga para embarazadas, lo disfrutes mucho y sea una oportunidad para conectar contigo y con tu bebé!
