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A los 3 años de edad, muchos niños ya han logrado controlar sus esfínteres, pero aún se pueden presentar algunos accidentes o regresiones causados por diversos factores, como la llegada de un hermano.
El niño requiere de todo un proceso para lograr ir al baño por sí mismo. Hay que considerar que cualquier cambio que exista dentro de su rutina, como una enfermedad, una separación o el simple hecho de salir de vacaciones, puede provocar que moje nuevamente su ropa interior o su cama.
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Lo ideal es que no se ejerza presión en el niño y que los padres manejen la situación lo más tranquilos posible, para así motivar en su hijo el que lo pueda lograr. Cuando hay demasiada exigencia, el niño puede llegar a desarrollar un alto nivel de angustia acerca de la limpieza y sentir temor al ensuciarse, inclusive al jugar con pintura o algún otro material, provocando que no quiera involucrarse en este tipo de actividades por miedo a la reacción que mamá o papá puedan tener con él. Los niños son muy perceptivos y sensibles hacia el ambiente que los rodea, y si notan en éste más tensión de lo normal, pueden liberar estrés a través del control de esfínteres.
Igualmente, se puede presentar el caso a esta edad de que el niño logre ya ir al baño cuando se trata de hacer pipí, pero pedir que se le ponga un pañal para evacuar. Esto puede deberse al temor por caerse al escusado o al ruido que las heces hacen al caer al agua, o bien a tener la sensación de que está perdiendo algo de él, lo que evita si lo sigue conservando en el pañal. También puede llegar a sentir mucha curiosidad sobre lo que se cuerpo es capaz de hacer y de provocar; hay una reacción en su fantasía haciendo que esto cobre un sentido mágico en él. Por otro lado, ello también lo puede utilizar como una manera de canalizar su enojo hacia algo o alguien, pues sabe que si deposita sus desechos en algún otro lugar que no sea el escusado, puede dañar dicho objeto.
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En conclusión, el aspecto emocional está muy ligado al proceso de que el niño logre ir al baño sin la necesidad de utilizar un pañal, por lo que hay que tomar en cuenta en todo momento cómo se encuentra el ambiente de nuestro niño para saber el porqué sí o el porqué no lo ha conseguido, o el porqué ha perdido la habilidad por un momento o por unos días.
Por: Mtra. Psic. Karla Conss Michel
