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El bullying en los niños es una de las conductas más dañinas que existen hoy en día. Cada vez escuchamos más y más de este fenómeno y a edades cada vez más tempranas. Una de las fuentes de éste viene de la casa. Si nuestros hijos experimentan burlas, comparaciones u otros tipos de violencia, ya sea física o emocional en casa, por ejemplo: “¿Realmente crees que te ves bien con ese ridículo pantalón?”, “tu hermano corre mucho más rápido que tú”, “eres un burro”, “pobre de ti si me vuelves a poner caras”, “no sirves para nada”, “que feo eres”, “eres un cochino”, “¿qué hice para merecerme un hijo tan moreno?”, aumentará de manera significativa la probabilidad de que ellos ejerzan violencia emocional hacia otros y que sean víctimas de ésta.
¿Te das cuenta del enojo, tristeza y frustración que estás ejerciendo sobre tu hijo con comentarios como estos? ¿Qué alternativa le estás dejando? La de sentirse frustrado, triste y enojado, aprender de ese ejemplo y repetirlo.
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¿Cómo puedes ayudar a tus hijos?
Si en vez de comentarios negativos, te refieres a los hechos positivos, por ejemplo: “que bien te salió ese dibujo”, “que bonito se te ve el pelo”, y lo haces sentir amado incondicionalmente con comentarios cómo: “¡que orgulloso me siento de ti!”, “te quiero mucho”. Si cuando tienes que señalar algo que no le salió bien o que puede mejorar, te refieres a los hechos, nunca a su persona: “mira, ¿qué tal si mejor usas este color?”, “¿qué te parece si vamos a jugar pelota en vez de rayar las paredes?”, “por favor tira ese papel a la basura”, aumentará la probabilidad de que tu hijo no se sienta humillado y que no quiera ejercer conductas de violencia emocional, incluyendo bullying con otros.
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Fuente: Pick, S., Givaudan, M. y Tacher, A. (2012). Cómo identificar y evitar la violencia en cualquiera de sus formas. México, D.F.: Idéame.
