Las peleas entre hermanos sí son “normales”, o mejor dicho, son comunes. Estas se dan porque entre los hermanos pueden existir competencias, envidias y celos. ¡Ojo!, esto no significa que se den en todos los casos, ni tampoco que estos sean los principales motivos de las peleas.
Los hermanos necesitan apoyo y espacios para ir entendiendo sus reacciones y aprendiendo a manejar sus emociones. Una regla básica para evitar que sientan celos o envidia hacia el otro, es que no promuevas las comparaciones, ni competencias entre ellos. Cada niño tiene intereses, habilidades, necesidades y personalidades diferentes. Ninguno es mejor que otro, simplemente son diferentes y en la diferencia está la riqueza de tu familia. Para saber más acerca de lo importante que es no comparar a tu hijo, da clic aquí.
Para evitar las comparaciones, no digas que uno hace las cosas mejor, más rápido o más bonito que el otro, ni que uno sirve para algo y el otro para otra cosa. Tampoco hagas comparaciones físicas, como por ejemplo: “mira qué bonito es él, güerito, y su hermana bien morenita”; “mira qué guapa se ve ella hoy, toda peinadita, no fachuda como su hermano Juan”; ni de habilidades, por ejemplo: “qué maravilla que corres tan rápido, no como el flojo de tu hermano”, ni “tú sí que eres buena para dibujar, mira Ale, a ver si le aprendes a tu hermana”…
Mejor, trata de elogiarlos individualmente por las cualidades de cada uno, de manera que aprendan a apreciar sus diferencias y se sepan queridos por igual, sin importar lo que hacen sus hermanos. También te recomendamos que vayas creando un lazo afectivo entre ellos desde el embarazo. De esta manera tus hijos mayores pueden ir haciendo un espacio en su vida para su futuro hermanito y no se sentirán invadidos, ni tendrán celos.
Cada hijo es único y está en el proceso de conocerse y aprender a relacionarse con el mundo. ¡Apóyalo en este camino!