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¿Por qué los niños preescolares tienen problemas a la hora de dormir?
La hora de dormir no tiene que ser una batalla. Piensa en qué problemas son comunes entre los niños preescolares a la hora de dormir y lo que se puede hacer al respecto. El resultado podría ser que toda la familia duerma bien por la noche. A pesar de que los cambios de pañal y las comidas a media noche quedaron atrás, dormir bien por la noche resulta un tema complicado. Es posible que en tu casa, la hora de acostarse se haya convertido en una batalla de voluntades o en una lucha para que el pequeño no se levante de la cama. Por ello, sigue las siguientes tácticas y comienza esta misma noche.
La hora de acostarse es un caos
Convierte la hora de acostarse en una prioridad. Por lo general, la clave para una buena noche de sueño es contar con una rutina predecible y tranquilizante antes de ir a dormir.
De ti depende cuál es la mejor rutina para ir a dormir, pero Expertos de Mayo Clinic, recomiendan evitar los juegos activos y los dispositivos electrónicos, pues resultan demasiado estimulantes. También sugieren bañar al niño, cepillarle los dientes, leerle un cuento y rezar con él. Elógialo por sus logros específicos o platica con él sobre lo que le pasó durante el día. Si pones música a la hora de dormir, asegúrate que sea tranquilizante. Luego, arropa al niño en la cama y deséale buenas noches.
Experimenta hasta descubrir lo que funciona mejor en cada caso y una vez que tu pequeño adopte una rutina, síguela todas las noches de forma constante.
El niño no quiere ir a la cama
Cuando puede escuchar una conversación, las risas o el ruido de los aparatos electrónicos, no es difícil entender por qué desea quedarse despierto. Con el objetivo de facilitar la transición hacia la hora de acostarse, mantén todo en calma una hora antes de ir a la cama. Guarda los dispositivos móviles, los juegos de vídeo y los juguetes, apaga la televisión y las computadoras, baja la intensidad de las luces y limita a toda la familia a actividades tranquilas; tales como leer o hacer rompecabezas. Ir a la cama puede ser más atractivo si todo está en calma antes de acostarse.
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El niño no puede dormirse solo
Para motivar al niño a quedarse dormido solo, ayúdalo a sentirse seguro. Empieza con una rutina tranquilizante para ir a la cama. Luego, asegúrate que el pequeño tenga consigo cualquier objeto que lo relaje, tal como un peluche o una cobija. Si tiene miedo a la oscuridad, enciende una luz nocturna o deja abierta la puerta de la habitación. Simula asignar a uno de los peluches la tarea de permanecer despierto para mantener la habitación segura y en calma.
Si continúa resistiéndose, prométele que regresarás en unos minutos y aumenta el intervalo entre una y otra visita hasta que se quede dormido. Cada vez que vayas a revisarlo, elógialo por permanecer quietecito y sin levantarse de la cama. Recuerda que ayudas al niño a aprender a quedarse dormido solo, de manera que si cedes y te duermes con él, eso es lo que recordará el pequeño y probablemente te esperará a la siguiente noche.
El niño no se queda en la cama
Si suele levantarse de la cama para pedir agua o un peluche, intenta anticiparte y ten todo listo antes de que se vaya a dormir. Cuando termines con la rutina para acostarse, recuérdale que no hay motivo para levantarse de la cama. Si se levanta, regrésalo rápidamente y vuelve a hacerlo una y otra vez, en caso necesario. Procura no permanecer mucho tiempo en la habitación.
El niño se acuesta muy tarde
Si no está cansado a la hora de acostarse, procura disminuir las siestas o levantarlo antes por la mañana. También puedes acostarlo todas las noches unos minutos antes hasta llegar a la hora en que debe acostarse. Cualquiera que sea la hora de dormirse, adhiérete a la rutina tranquilizante. Invertir tiempo en poner las cosas en calma podría ayudarlo a quedarse dormido.
El niño se despierta durante la noche
Si el niño despierta y te llama durante la noche, dale unos minutos para calmarse. Si eso no funciona, puedes ir a la habitación y tranquilizarlo. Luego, dile que es hora de dormir y sal de la habitación. Espera un poco más cada noche antes de ir donde el niño, hasta que por último se vuelva a dormir sin tu ayuda.
Sin embargo, responde pronto cuando tenga una pesadilla. Tranquilízalo, habla sobre el sueño y cuando esté listo, anímalo a dormirse.
No te frustres porque no se puede ir a dormir
Las batallas a la hora de acostarse pueden poner a prueba la resolución de los padres, pero es importante no rendirse. Ten paciencia e ignora los berrinches del niño.
Nunca es demasiado tarde para enseñar buenos hábitos para dormir. Si quieres forzar los límites, explícale cuáles son tus expectativas y adhiérete a la rutina. Tu constancia terminará por brindar a todos una noche de buen sueño.
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Por: Clínica Mayo
Fuente: www.actitudfem.com
