En algún otro artículo hablé sobre la importancia de tender redes de apoyo para la maternidad, pues considero de vital importancia rodearnos de consejos y de compañía. Muchas personas pueden no creerlo, pero sobre todo con el primer hijo, la experiencia de ser madre puede ser solitaria y aterrorizante.
En otras épocas, tal vez cuando nuestras mamás, tías y abuelas fueron madres, se rodeaban sobre todo de las mujeres de sus propias familias y quizá de alguna cuñada o amiga que ya hubiese tenido hijos, o los tuviera más o menos a la par. Hoy la cosa ha cambiado muchísimo. La tecnología, el internet y las redes sociales hacen que la experiencia de ser mamá (o papá, también) sea completamente distinta y llena de información que sobrepasa los consejos “tradicionales”.
En mis casi dos años de mamá primeriza, me he topado con todo tipo de foros y grupos donde se brinda apoyo, consejos, consuelo o simplemente un espacio virtual en donde expresar las dudas, los sentimientos de ansiedad o de felicidad que acompañan el nacimiento y la crianza de los hijos. ¡Y esto se me parece absolutamente increíble! Hay un montón de páginas y blogs médicos o de evidencia científica que nos pueden ayudar a derribar algunos de los mitos más grandes en torno a la lactancia o a las alergias en la alimentación; existen unos maravillosos grupos de apoyo para mamás con depresión posparto o que están teniendo un momento difícil al amamantar.
Y claro, también pueden encontrarse algunos charlatanes; en mi opinión, los menos. Páginas como La Bebeteca pueden ser de gran utilidad para leer acerca de la experiencia de otras mamás y papás, para aprender juegos y actividades de estimulación, para cuestionarnos acerca de las opciones sobre crianza y para conocer los avances médicos, psicológicos y científicos detrás del desarrollo de la personita que más amamos en el mundo: nuestro bebé.
Ya sea participando en un grupo de Facebook, un blog especializado, un foro de mamás, u otros, recomiendo ampliamente expandir nuestro horizonte más allá de la experiencia que nos pasa de manera natural de generación en generación. Leamos, participemos, escribamos nuestras historias y compartámoslas con otros padres. Aprovechemos el momento tan maravilloso que vivimos como humanidad interconectada, más comunicada e informada en beneficio de nuestras familias.
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