La lactancia es un tema que me interesa, me apasiona y del cual me he vuelto una férrea activista. La “boob nazi” me puso un amigo en Facebook (la “nazi del pecho”), por mi constante campaña a favor de la lactancia materna… y sí, sí considero que tengo una visión que para algunos es “extrema”; sobre todo la mantengo porque en mi país, México, el porcentaje de mamás que lactan es muy bajo, menos del 20%. Estoy segura que de este tema, escribiré y escribiré muchas veces más.
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En fin, diario leo bastante sobre lactancia, tanto foros abiertos donde las mamás comparten sus experiencias e inquietudes, como artículos y sitios con documentos más científicos y formales. Así que esta semana me topé con un blog donde se hablaba de “lactancia seca”, un término que yo nunca había escuchado o leído. Con curiosidad leí todo el artículo y al final todo hacía sentido: se trata de ofrecer el pecho aunque “no salga nada”. Así pues, la autora contaba que por más que había intentado lactar a su pequeña hija, fue de los extraños casos donde no hay leche; esto no le impidió crear un vínculo con ella a través de ofrecerle pecho, además de la fórmula.
Se trata de ofrecer el pecho aunque “no salga nada”
Todas las personas que hemos dado pecho, y muchas que no, sabemos que no es solo un tema de alimentación a través de la leche, sino tiene que ver con el vínculo emocional que se crea con tu hijo a la hora de amamantar: intercambiar miradas, abrazar, hacer cariños. Me parece que si bien, quien opta o es obligada a dar fórmula crea otro tipo de vínculo, el vínculo del bebé amamantado es único.
No encontré más referencias a la lactancia seca. No encontré artículos académicos al respecto, no encontré a nadie más hablando de eso. Sin embargo, me pareció digno de compartir, como una hermosa alternativa a la alimentación con fórmula y como mecanismo de fortalecimiento de la relación afectiva de nosotras, las mamás, con nuestros bebés.
Para conocer las 3 actividades que me han ayudado a fortalecer el vínculo afectivo con mi hijo, lee este artículo.