Sobreproteger a tu hijo significa protegerlo más de lo necesario. Sin lugar a dudas, los niños necesitan ser protegidos y cuidados. Tus hijos requieren de tu afecto y de tu apoyo, pero cuando les das una protección excesiva, en realidad estás ejerciendo un tipo de violencia emocional (¡sí, aunque no lo creas!).
Cuando evitas que tu hijo haga las cosas por si mismo, es decir, que prefieres tú tener el control sobre sus acciones (porque crees que él no sabe como hacerlas y tú sí), o tal vez supones que es incapaz de realizarlas (porque es muy pequeño e indefenso); no estás respetando sus capacidades y posibilidades, y probablemente tampoco sus necesidades. Por el contrario, estás imponiéndole tu inseguridad y tu necesidad de control, al igual que tus miedos, tus deseos y tus necesidades. Sí, es decir que no estás pensando en él/ella, en su necesidad de aprender a hacer las cosas por si solo y de desarrollar su potencial al máximo. No olvides que tu hijo tiene que aprender a valerse por si mismo, a ser una persona independiente, aunque tú seas su guía y apoyo incondicional.
No olvides que tu hijo tiene que aprender a valerse por si mismo, a ser una persona independiente, aunque tú seas su guía y apoyo incondicional.
Algunos ejemplos de sobreprotección son:
- Cuando no lo dejas comer solo para que no se manche porque a ti no te gusta que se manche.
- Cuando se acerca a jugar con un animal o algún insecto inofensivo y no lo dejas porque a ti te da asco o miedo.
- Cuando quiere ir a dormir a casa de su abuela y no lo dejas porque según tú, allí no va a dormir bien, ni lo van a cuidar tan bien como tú.
- Cuando quiere afuera y le dices que mejor no lo haga porque tú crees que se puede resfriar.
Si te acostumbras a este tipo de comportamientos, más adelante tal vez no lo dejes ni empacar su propia mochila por tu temor a que se le olvide algo. O no lo dejes ir a comprar dulces a la tienda que está junto a tu casa, por tu miedo a que se pierda o a que compre los dulces “equivocados”.
Cuando sobreproteges a tu hijo o hija, en lugar de motivarlo/a a que pruebe cosas nuevas, le transmites tus miedos y angustias de manera consciente o inconsciente. Al hacer esto, te estás imponiendo por encima de su bienestar, por encima de apoyarlo para que explore, conozca, expanda sus horizontes y desarrolle plenamente su potencial. El problema es que tu hijo crecerá pensando que es normal, y adquirirá muchos miedos e inseguridades, llegando a pensar que sin ti no puede hacer nada.
Ahora, sé honesta contigo misma ¿Quieres que tu hijo/a se sienta incapaz de hacer cualquier cosa por si solo? ¿Quieres que crezca pensando que te necesita para todo? Si crees que estás sobreprotegiendo a tu hijo te recomendamos buscar el apoyo de un profesional para que te ayude a dejar de hacerlo.