En los últimos años, en nuestra cultura el posparto ha sido estereotipado como una etapa difícil, pesada, fea, deprimente, etc. En efecto, se trata de un periodo que puede llegar a ser complejo y, sobre todo si es tu primer hijo, que involucra muchos cambios en todos los aspectos: físico, emocional e inclusive espiritual. Además, por cuestiones físicas (hormonas) y otros factores psicológicos, existe la depresión posparto que suele aparecer en varias mujeres ya sea en los primeros meses después del embarazo o bien a lo largo del primer año de vida de su hijo.
Todo el sistema familiar tiene un impacto frente a esta etapa y cada uno de los miembros de la familia necesitan mucho sostén emocional. Es importante que cada uno de ellos busque apoyo de alguien cercano.
Existe mucha preparación y acompañamiento para el embarazo y el parto, pero poco para el posparto. Hace muchos años –e incluso actualmente en países como la India–, los índices de depresión posparto eran bajos. ¿Por qué?, te preguntarás. Antes la mujer en esta etapa era sostenida por otras mujeres; el tipo y ritmo de vida de las mujeres permitía que otras visitaran y acompañaran constantemente a la mujer que acababa de tener un bebé. Actualmente, el ritmo de vida y el poco tiempo de incapacidad que tienen las mujeres, impide que esto suceda. Por lo tanto, un momento que la mujer podría aprovechar para reflexionar y transformarse, se convierte en una etapa difícil, de mucha soledad e incluso depresión.
El posparto es una muy buena oportunidad para que la mujer pueda contactar con su parte instintiva y probar sentirse sostenida por su pareja y otras mujeres. Algunos le llaman el “quiebre del alma”1, pero para poder lograrlo y acompañar a su bebé, la mujer necesita sentirse contenida y segura.
Estas son 4 cosas que no debes decirle a una mujer con depresión posparto.
En la etapa posparto te recomendamos:
- Rodearte de mujeres que admires, que consideres sabias, para sostenerte de ellas, y hablar con tu pareja para que él pueda acompañarte y sostenerte. En el momento que te permitas ser sostenida, entonces podrás SUMERGIRTE en el mundo de ser MAMÁ, lactar y encontrarte con tu propio ser (lo que te gusta y no te gusta de ti).
- Reconocer cuándo quieres estar sola y cuándo no. Cuando no quieras estar sola, pide compañía de mujeres en las que confíes (tías, abuelas, amigas, doulas). También pide apoyo para necesidades de logística de tu casa: recoger o cuidar a tu otro hijo si lo tienes, ir al súper, cocinar, etc.
- Auto-observarte e identificar qué quieres y qué necesitas. Ésta es una etapa en la que recibir apapacho y amor, sobre todo de otras mujeres, te hará sentirte acompañada y contenida. Permítete recibir la energía femenina, que es muy sanadora y nutritiva.
- Si tú lo quieres así, amamantar a tu hijo el tiempo que para ti esté bien y puedas; la lactancia es un proceso que tanto por la parte física como por la emocional previene la depresión posparto. El vínculo con tu bebé es la mejor medicina para ti y para él, y la lactancia lo favorece. (Esto no quiere decir que porque no haya lactancia, no hay vínculo.)
- Pedir contacto físico de quien lo desees: caricias, apapachos, masajes.
- Si tienes que regresar a trabajar, escucharte y no esforzarte de más; trata de descansar.
- Darte momentos para ti: que alguien de tu confianza cuide a tu bebé y sal a cenar con amigas o con tu pareja, ve a que te den un masaje, asiste al salón de belleza, en fin, haz algo que a ti te haga sentir bien y te nutra.
- En cuanto tu médico te lo permita, hacer ejercicio.
- Si te gusta, meditar por lo menos una vez al día.
- Buscar grupos de mujeres que estén pasando por el mismo proceso que tú.
¿Cómo puede ayudar tu pareja?
La función de la pareja es muy importante en esta etapa. Si no tienes pareja, alguna amiga o una mujer cercana a ti puede apoyarte de igual forma. Es fundamental que esta persona sepa cómo estás, te escuche y te sirva de sostén, para que tú a la vez puedas sostener y apoyar a tu bebé. Éste no es momento para que tú apoyes o sostengas a nadie; tu pareja deberá buscar amigos o a su familia para que lo acompañen en su proceso. Es una etapa de mucha vulnerabilidad; aprovecha este momento para vivir la vulnerabilidad desde un lugar sano y transformador y fundirte con tu bebé.
“Esta cualidad salvaje forma parte de la naturaleza instintiva y fundamental de las mujeres. Y es el conocimiento de esta naturaleza lo que nos permite percibir el sonido de los ritmos internos y vivir al son de ellos para no perder el equilibrio espiritual. Cuando las mujeres nos apartamos de la fuente básica, perdemos los instintos y los ciclos vitales naturales quedan sometidos a la cultura o al intelecto o al ego, ya sea el propio o el de los demás. Lo “salvaje” hace saludable a todas las mujeres. Sin el lado salvaje, la psicología femenina carece de sentido.”2
¿Sabes cuál es la importancia de pedir ayuda ante una depresión posparto? Da clic aquí.
Por: Psic. Mariana Campos Gutiérrez
Contacto: [email protected]
Citas
- Gutman, L. (2011) La maternidad y el encuentro con la propia sombra. México, D.F.: Océano.
- Pinkola, C. (2001) Mujeres que corren con los lobos. Barcelona.