¿Te ha pasado? Cuando estás embarazada del segundo bebé, los comentarios generales son: “lo bueno es que ya sabes cómo hacerle”, “ya sabes a lo que vas”, “se te va a hacer bien fácil”. Claramente en el tema de atención al recién nacido todo parece facilitarse un poco más, a pesar de que cada niño es totalmente diferente y no siempre funcionan las mismas estrategias para el primero, que con el segundo.
Lo que nadie te dice es cómo cambia la dinámica del día a día con dos hijos. ¿Cómo atiendes a una recién nacida y a un niño de dos años al mismo tiempo?
Situaciones que antes parecían tan sencillas como bañar a Julián, prepararle su cena, jugar o llevarlo a dormir a su cama incrementan su nivel de dificultad de un día para otro. Imagínense todas las combinaciones de necesidades y actividades de cada uno de sus hijos, al mismo tiempo. ¡Es una locura!
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La realidad es que todo cambia y por más que quieres partirte en dos, no puedes. Al salir del hospital con tu segundo bebé es inevitable llegar a tu casa y ver a tu primer hijo como todo un niño grande. Seguramente habrá momentos en que lo trates como tal y después recuerdes que sólo es el mayor, pero sigue siendo un bebé. Te puedo garantizar que vas a sentir remordimiento por no poder atender a tus dos criaturas como quisieras. Que tendrás momentos de crisis y locura. Que llorarás porque te sentirás abrumada, rebasada por la responsabilidad. Que habrá días que decidirás que alguno de tus hijos no se va a bañar. Y que probablemente pasarás por desapercibido un berrinche de tu hijo mayor, porque en ese instante no tuviste el tiempo ni la paciencia para escucharlo llorar un minuto más. ¡Hay días que sólo te da risa pensar por lo que estás pasando!
Es cansado, es muy pesado y por momentos parece que tener dos hijos es un trabajo agotador. Pero es posible y pasa muy rápido. Hoy, Loreta tiene un mes y medio y las cosas empiezan a tomar su cauce. ¡Ya estoy viendo la luz! Les puedo decir que sí es posible equilibrar y coordinar necesidades y actividades no sólo de tus dos hijos, sino de toda la familia. Requiere tiempo y mucha paciencia.
Por lo pronto, disfruto mis cinco minutos de tranquilidad cuando mis dos hijos están dormidos y trato de encontrar un momento en el día para comer despacio, escribir para ustedes o simplemente no hacer nada.
¿Y ustedes cómo sobreviven a la aventura de tener dos hijos?