Si te dijera que tú, como mamá o papá, eres en gran medida responsable de la manera en que tu hijo desarrolla sus relaciones sociales, ¿qué pensarías? Quizá empezarías a orientarte para lograr que crezca siendo una persona respetuosa, honesta, amigable e inteligente.
El motivo de esta reflexión es para hacer conciencia de la importancia que tienen las relaciones familiares para frenar los crecientes problemas sociales de la actualidad como: el abuso, la discriminación y la desvalorización en los niños y entre los niños.
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El “bullying” es un tema que a todos nos preocupa y especialmente a nosotras como mamás. Nosotras siempre tendremos la inquietud de saber cómo es tratado nuestro pequeño cuando no estamos a su lado, si recibe la atención y el respeto que merece; o incluso podemos pensar cómo está tratando él a otros niños.
En México, cada día hay más noticias y casos donde el principal actor es la violencia. Pareciera que los niños son cada vez más crueles entre si. Esto es una señal de alarma ¿qué es lo que está pasando entre los padres y sus hijos para que los niños sean tan violentos?
Lo que quiero decirte es que tú, como madre o padre, puedes ser un factor de cambio para solucionar este problema que nos afecta a todos, y particularmente a nuestros pequeños. ¿Cómo? Estableciendo límites y orientando a tu bebé desde su edad temprana para que sea respetuoso y consciente de las consecuencias de sus actos.
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Es verdad que como mamás primerizas tendemos a permitir muchos de los desórdenes de nuestro bebé. Sin embargo, por su bien, es importante que pongamos orden y límites. Te recomiendo lo siguiente:
- Pon horarios para comer. Esto no solo ayudará a que tenga mejor digestión y nutrición, sino que también ayudará a estructurar sus demandas, las cuales solo se podrán cumplir a ciertas horas. Además, el horario le dará sentido de regularidad y estabilidad a sus días.
- Establece horarios para dormir. Sin un descanso adecuado, no se puede lograr un crecimiento sano y los niños tienden a prestar menos atención de la adecuada para su edad cuando no duermen bien. Si quieres que sea “despierto”, ayúdalo a que duerma lo necesario y a sus horas. Si quieres saber cómo establecer una rutina de sueño, da clic aquí.
- No cedas ante sus berrinches. No pasa nada si hay un poco de llanto. Verás que en algunos minutos se calmará y entenderá que hacer berrinche no es la manera de conseguir lo que desea.
- No le permitas los golpes y la violencia como juego. En cuanto comience a tener control total de los movimientos de sus brazos y piernas, no le permitas que se acostumbre a golpearte a ti o a otras personas por diversión. Si no lo impides desde el inicio, puede habituarse a llamar la atención de esta manera, y más adelante puede costarle trabajo dejar de reaccionar así con sus hermanos o compañeros de la escuela.
Es muy fácil tener un bebé “sin control alguno”; para ellos es cómodo, porque se acostumbran a recibir siempre lo que piden y que a pueden demandar el 200% de la atención de los adultos que los rodean. El problema se da cuando empiezan la interacción con otros niños y se produce una lucha por todo: por los juguetes, por el espacio o por recibir la atención que creen merecerse. Debemos enseñar a nuestros niños a que hay más entornos sociales que el de nuestra casa, y que se debe convivir en armonía en todos estos.
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Poner límites, claros, estables y lógicos, es fundamental para que nuestro pequeño pueda desarrollarse como un ser sociable respetuoso y que pida respeto. Los límites no ponen barreras, sino que permiten ir ensayando la libertad y el entendimiento de tu bebé con el mundo.
* Laura Castillo Carro: Psicóloga en formación, de Mexicanos Primero. Contacto: [email protected]