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En otras ocasiones he comentado aquí sobre la felicidad de ser mamá de tiempo completo. Sin embargo, hoy les contaré sobre mi regreso al trabajo después de exactamente un año y medio.
Después de pensarlo, su papá y yo decidimos que Martín iría a una escuelita por la mañana y por la tarde lo cuidaría una nana y a ratos su papá (quien tiene oportunidad de trabajar algunas cosas desde casa). Obviamente, los días previos a entrar a trabajar me sentía nerviosa y preocupada, pues no sabía cómo iba a reaccionar mi hijo, ni como me iba a sentir yo. Sobre todo porque hemos tenido lactancia extendida y no estaba (ni está) destetado, así que no sabía si esto iba a representar un problema o no.
El primer día me levanté, me bañé y me arreglé. Mi intención era salir con tiempo por aquello del tráfico y la verdad es que traté de hacer todo bastante “natural”. Me despedí de mi hijo sin hacer mayor aspaviento y él como que no supo ni qué pasaba. Todo ese día y el día siguiente me sentí súper triste, culpable y me pregunté si en realidad era necesario todo esto. Y sí, si lo es… estoy de regreso al trabajo porque económicamente lo necesitamos, no por gusto, aunque entiendo que haya quien lo hace porque persigue una carrera profesional exitosa. Cada quién.
Conforme han ido pasando los días, he ido midiendo mejor mis tiempos y pudiendo ir a comer a casa una o dos veces por semana. He comprobado que él no la ha pasado tan mal porque juega y está con gente que lo quiere y nosotros disfrutamos de nuestro momento juntos cuando él despierta a eso de las 12 de la noche y yo le puedo dar algo de leche materna. Durante el día me saco un poco de leche materna en la oficina y con la falta de demanda, mis pechos ya han empezado a producir menos y a acoplarse a esta nueva dinámica de solo lactar en las mañanas y en las noches ¡Así que nada ha resultado tan grave como pensé!
Sigo sintiéndome muy afortunada de haber podido cuidarlo y estimularlo durante los primeros meses de su vida; y estoy segura que esta atención, la lactancia y la práctica del apego es lo que a él también le han hecho más fácil la transición.
En enero entrará a esa escuelita y estoy segura que todo seguirá muy bien. Así que, Mamás que están por regresar al trabajo: disfruten mucho a sus hijos, abrácenlos, denles seguridad y apego porque sí funciona. Creo que nosotras somos las que sufrimos un poquito más la separación, pero todo pasa y nos iremos acostumbrando cada vez más.
¿Cuáles han sido sus experiencias con el regreso al trabajo?
