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Al criar a nuestros hijos siempre buscamos lo mejor para ellos y de ellos. Les brindamos todo el amor y cariño que tenemos: los amamantamos, los estimulamos, los cargamos y mimamos. A cambio, queremos que ellos siempre nos enseñen su mejor cara. Entonces, ¿dónde quedan las emociones en los niños? Nos estresamos cuando lloran, nos enojamos cuando hacen un berrinche, los regañamos cuando actúan de modos que no nos parecen correctos.
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Es importante que aprendamos que las emociones en los niños no se rigen por regaños y presiones externos. Recientemente encontramos la siguiente cita de Rebeca Eanes de Positive Parenting la cual resalta la importancia de dejar que nuestros hijos sientan sus emociones del mismo modo en que nosotros los adultos lo hacemos:
Con demasiada frecuencia castigamos a nuestros hijos por actuar de modo humano. No permitimos que nuestros hijos tengan días de malhumor, hablen con un tono irrespetuoso o tengan una mala actitud. Sin embargo, ¡nosotros los adultos actuamos de este modo todo el tiempo!
Pensamos que si permitimos que nuestros hijos actúen negativamente, dicho comportamiento se intensificará y se volverá incontrolable en un futuro. Deja ir ese miedo y permite que tu hijo sea humano.
Todos tenemos días malos y ninguno de nosotros es perfecto… Por lo tanto, tenemos que dejar de presionar a nuestros hijos para actúen de un modo que ni nosotros mismos podemos lograr.
En vez de presionar a nuestros hijos para que se comporten bien, es importante que les enseñemos a identificar, aceptar y manejar sus emociones de un modo saludable y constructivo.
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A continuación te compartimos algunos tips:
- Dile que entiendes y aceptas lo que está sintiendo, que es normal, y que con el tiempo la emoción negativa pasará.
- Sé cariñosa y afectiva con tu bebé para que no se sienta rechazado.
- Promueve que él o ella exprese lo que está sintiendo y que identifique la raíz de dicho sentimiento. Entre más grande sea tu bebé, más fácil le será este proceso.
- Promueve que se mueva, que corra, brinque o salga a caminar. El movimiento muchas veces ayuda a calmar emociones intensas (incluso en adultos).
- Si hace un berrinche, espera a que se calme (y espera a calmarte tú misma) antes de intentar hablar con él/ella.
- Únicamente regáñalo en casos en que actúe de un modo violento o autodestructivo.
Esperamos que te sean muy útiles estas sugerencias para manejar las emociones en los niños. Recuerda que tu bebé apenas está aprendiendo a identificar y regular sus emociones, entonces permite que sea humano y acompáñalo en este proceso.
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