¿Qué es BLW? ¿De qué se trata? Es un método de introducción gradual de la alimentación complementaria, también conocido como destete dirigido por el bebé o alimentación complementaria dirigida por el bebé o a demanda. Este método no enseña a los bebés a alimentarse, sino que simplemente busca que aprendan a disfrutar comiendo.
Una de las cosas que más me gusta del BLW es que desarrolla y fortalece los sentidos y la capacidad manual de los bebés, al tiempo que les permite conocer nuevas texturas, nuevos olores y nuevos sabores. Igualmente, respeta sus ritmos de hambre y saciedad, evitando que coman más de lo que necesitan, e invita a compartir la mesa en familia.
¿Cuándo lo inicié? A los 7 meses de Emma, cuando su pediatra nos dio luz verde. Fue una etapa increíble porque fue un momento de gran crecimiento y descubrimiento para ella. ¡Punto importante! Es indispensable que los bebés ya puedan sentarse sin apoyo.
Al principio, lo que más hacía Emma con la comida era jugar e investigarla, de arriba a abajo y de abajo hacia arriba. Poco a poco fue comiendo más. Lo que me dejaba tranquila era que seguía tomando la misma cantidad de leche materna, por lo que estaba muy bien alimentada (según la OMS, la leche materna es el alimento principal hasta el año de vida). Cuando íbamos a un restaurante o a casa de amigos, era un placer no tener que estar pensando cuál iba a ser su comida. Le daba algo de mi plato. ¿Sus alimentos preferidos? Espinaca, brócoli, lentejas y pollo.
Para terminar tengo que decir que se necesita mucha paciencia (como en toda etapa de aprendizaje), tiempo y un pequeño kit para limpiar el piso… Los beneficios son muchísimos, así que ¡vale la pena intentarlo!
¿Qué les parece el método BLW? ¿Lo conocían? ¿Cómo fueron sus experiencias durante el inicio de la alimentación complementaria?
Con cariño,
Mamá Pia
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]]>Durante este tiempo existe un rápido crecimiento físico y mental de los niños, tan solo durante el primer año de vida su peso al nacer se triplica, y para los dos años, su estatura se habrá duplicado y su cerebro se habrá desarrollado hasta alcanzar un 80% de su peso adulto.
Con el embarazo aumenta la necesidad de nutrientes por lo que son habituales las deficiencias de proteínas, energía, vitaminas y minerales. Para cubrir con estas demandas las futuras mamás deben tener una adecuada salud y nutrición, antes y durante el embarazo.
Una nutrición materna pobre dificultará el desarrollo del bebé, lo que contribuirá a que tenga un peso menor al esperado, un crecimiento deficiente y otras formas de desnutrición.
Es de suma importancia prevenir la aparición de desnutrición durante los 1000 días, debido a que el daño ocasionado es irreversible, incluso si la desnutrición se controla. Además las consecuencias que origina son diversas y se manifiestan tanto a corto como a largo plazo. Por ejemplo, puede afectar el crecimiento, desarrollo mental, desempeño intelectual y desarrollo de capacidades en los niños. También es responsable de la aparición frecuente de enfermedades de tipo infeccioso como diarrea y enfermedades respiratorias.
Cuando llegan a ser adultos tienen mayor riesgo a presentar obesidad, diabetes e hipertensión arterial, aún como resultado de la aparición de desnutrición durante este tiempo.
Por lo que, es de suma importancia asegurar una adecuada salud y nutrición materna, así como desarrollar adecuadas prácticas de alimentación infantil. Las cuales incluyen:
De esta forma se podrá prevenir en gran manera la aparición de desnutrición y con ello evitar sus múltiples consecuencias.
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]]>A pesar de que cuando eres mamá primeriza todo se va aprendiendo sobre la marcha, los primeros balbuceos de nuestros bebés resultan toda una experiencia porque no entendemos nada de nada. Lo maravilloso es que después de unos meses que le toma al oído acostumbrarse al “idioma bebé”, estás lista para escuchar claramente y sin temor a equivocarte la primera palabra de tu hijo.
El habla es una de las habilidades que los niños tardan más tiempo en aprender, y una que a los papás nos urge que sepan. Mikel tiene un año 2 meses y tiene ya un extenso vocabulario de 10 increíbles palabras (perdonen, es que a veces me sale lo mamá gallina). Aún así no pasa más de una semana sin que mi esposo me pregunte: “¿Cuándo va a poder hablar, ya como para poder platicar con él?”. Para muy mala suerte de mi esposo es evidente que no estamos cerca de ese momento. Lo anterior no significa que Mikel no esté aprendiendo desde hoy nuevas palabras cada día y que de hecho las entienda, sin embargo su cerebro todavía no puede formar muchas palabras. Su lengua necesita más ejercicio para poder pronunciar todas las letras y tiene que desarrollar más su oído y su fonética. Sólo hay una manera de que todo lo anterior suceda: enseñarle con la práctica.
Además, cuando te vuelves experta en el idioma bebé, podrás tener grandes y memorables conversaciones con tu hijo que sólo ustedes entenderán.
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]]>A veces, pueden tratarse de situaciones relacionadas con cambios en el entorno familiar que estén provocando en el niño un desajuste, como por ejemplo un cambio de casa, dejar el chupón o el biberón, comenzar a dormir solo, la llegada de un hermano, la enfermedad o muerte de un familiar, la pérdida de una mascota o la separación de sus papás.
En otras ocasiones, pueden ser acciones que él tome como resultado de la convivencia e interacción con otras personas, como morder o golpear, llorar en exceso, manifestar temores que le impiden dormir o actuar, o ser demasiado tímido.
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Lo importante es tener siempre presente que nada de lo anterior representa un problema. No es que el niño esté fallando o que haya algo malo con él, sino que se está enfrentado a situaciones que todavía no está en posibilidades de manejar. Recordemos que cada uno de nosotros tiene una forma particular de enfrentar la vida y si a veces a los adultos nos resulta difícil expresar adecuadamente lo que sentimos, para un niño esto puede representar la más dura de todas las tareas.
Una vez que se ha tomado la decisión de buscar el apoyo de un especialista, vale la pena tomar en cuenta lo siguiente:
Asistir al psicólogo le enseña al niño que es importante pedir ayuda cuando se necesita y que no hay sentimientos buenos o malos, sino que tiene que aprender a expresarlos para su bienestar.
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]]>Comúnmente es a los tres años cuando los niños ingresan a preescolar, pero es también posible prolongar la entrada al kínder hasta los cuatros años. Esto dependerá del estilo de crianza de cada familia y también del mismo niño. Muchas veces ellos son los que piden entrar al kínder porque se dan cuenta de que ahí hay más niños con quienes pueden jugar. Pero para otros pequeños, sobre todo quienes sólo han crecido en casa, esto puede ser un reto más difícil, porque implica separarse del ambiente que conocen. Por ello, será importante platicar mucho con ellos y animarlos a esta nueva experiencia.
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No importa si ha tenido ya experiencia en una guardería, si lo has llevado a algún centro de estimulación temprana o si ha crecido en casa, te compartimos algunos consejos que pueden ayudarte al momento de elegir su primer kínder:
Recuerda que el kínder es sólo el inicio de la vida escolar de tu hijo. De ahí en adelante es muy importante tu presencia, apoyarlo en construir hábitos y responsabilidades de acuerdo a su edad, escucharlo cuando te diga lo que siente, conocer a sus compañeros, amigos y recordar que, si bien en el kínder él aprende cosas nuevas que le servirán para seguir aprendiendo, la verdadera educación, la que forma valores y ayuda a que el mundo sea mejor, es la que tú le das en casa. La familia es la mejor escuela.
¿Llevarlos a la guardería o cuidarlos en casa? Descúbrelo en este artículo.
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No hay regalo más grande para un niño y para sus padres que la tranquilidad y la libertad. Por alguna razón que desconozco los médicos de hoy en día recetan de todo para todo. Por alguna otra que tampoco conozco muchos padres creen que deben comprarle cada juego que anuncien, ir al mayor número de clases posibles (ej. de estimulación temprana, de natación, de inglés), programarle cada minuto del día, semana y mes, controlar con quién habla, a quién ve, ver cada programa de TV, ir a cada obra de teatro, película y función de patinaje, darle medicina para el reflujo, asegurar que todo se lo coma, darle premio por gatear, hablar, nadar e ir al baño, asegurarse que tengan un horario exacto, enseñarle a quedar bien con la abuela, la vecina, el tío y el cuñado. ¡Déjalo en paz!
Es decir, ¡déjalo (y déjate) en paz!
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¿Sabías que? Un padre que deja que su hijo acapare toda su atención, además del daño que le ocasiona por sobre atención, se siente culpable cuando no actúa así, dañándose también a sí mismo.
Fuente: Yo papá, yo mamá (la forma responsable de educar y disfrutar con tus hijos e hijas) (2014). Disponible en: http://tools-ideame.com.mx/libros-digitales/
]]>Probablemente a estas alturas se haya vuelto más independiente y tenga más actividades en las que no sólo te incluya a ti, sino también a los nuevos integrantes de su entorno social, ya sea compañeros de la escuela o más familia. Conforme pasan los días te das cuenta que las actividades que realiza tu bebé no se reducen a aquellas de sus primeros meses, o su primer año de vida. Conforme va adquiriendo nuevos significados y aprendizajes, su conducta se va modificando. Como por ejemplo el hecho de que tu bebé crezca, significa que es dueño de nuevos conocimientos y control sobre sí mismo siendo quizá el control sobre los esfínteres, el que más nos preocupa.
Tu bebé tiene que dejar de usar el pañal paulatinamente y empezar a “avisar” cuando quiera ir al baño, buscando que el resultado final sea que use ropa interior de tela permanentemente y pueda avisarte que necesita ir al baño, en tiempo y forma. Suena simple -y quizás lo sea- pero desafortunadamente nos han pintado este proceso como el más tortuoso de todos. No sólo se preocupa tu bebé. Como mamá entras en estrés y la relación madre-bebé puede resultar fracturada por este nuevo acontecimiento. No queremos que eso pase, por lo que te sugerimos evadir todos esos pensamientos negativos y reflexionar. Puede que resulte complicada, pero la transición de “pañal” a “sin pañal”, no es imposible y entre más lo tomes con buena disposición, comprensión y calma, tu pequeño se sentirá en confianza y podrá agilizar el proceso de aprendizaje.
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Es común que en el entorno de cada papá y mamá, existan muchas opiniones sobre el tema: que si no aprende, que si ya se tardó mucho en dejar el pañal, que si lo estás haciendo mal o no eres lo suficientemente enérgica o comprensiva, tranquila o dulce con él, etc. Todas estas opiniones te atormentan, pero no te lo tomes tan dramáticamente, pues lograrás así transmitirle tu angustia. Cada bebé se desarrolla a su ritmo y aprende de esa misma forma. No hay puntos extra por aprender a ir al baño solito en menos de dos días.
Mantén la calma, tu bebé y tú pasarán el tiempo adecuado durante este proceso. No te agobies y no te preocupes demasiado. La confianza y el cariño que ambos se tienen será suficiente para que él poco a poco se sienta más seguro, pase esta etapa, y así pueda seguir adelante con todos los siguientes aprendizajes que le faltan recorrer.
¿Quieres conocer más tips para que tu hijo deje el pañal? Da clic aquí.
Por: Laura Castillo Carro
Psicóloga en formación, Mexicanos Primero
]]>Las sonrisas sociales comienzan en el segundo mes de vida y es probablemente uno de los momentos más emocionantes para los papás. Éstas pueden presentarse cuando alguien le habla o mira, o muchas veces comienzan agitando brazos y piernas para después sorprenderte con una gran sonrisa. A esta edad la vista del bebé aún no se encuentra muy definida por lo que muchas veces la sonrisa no es hacia una persona en particular, sino que se presenta como una respuesta natural e intuitiva ante un estímulo placentero, como la voz de sus papas, rostros reales o muñecos.
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A partir de los tres meses la vista del bebé se vuelve más clara, y empieza a sonreírles a los padres y a las personas que pasan tiempo con él. También a las cosas que le causan sorpresa, como el móvil de su cuna. En esta etapa tu bebé comenzará a interactuar más contigo, el jugar con muñecos que aparecen o desaparecen de su vista puede ser una práctica divertida tanto para ti como para él.
A los cuatro meses de edad se presenta lo que llamamos “sonrisa afectiva”. Esto significa que tu bebé se vuelve selectivo con sus sonrisas, y éstas aparecen intencionalmente sobre todo cuando está con personas que conoce. A esta edad los bebes pueden decidir entre sonreír y balbucear, muchas veces hacen las dos cosas casi al mismo tiempo. Cuando un bebe le sonríe a sus papas se fortalece el lazo afectivo que ya existe entre ellos. Te recomendamos corresponderle al bebé con sonrisas, platicarle cosas bonitas para así fomentar la comunicación entre ustedes, ya que él comienza a identificar que sus acciones producen una reacción en el otro.
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Después de que el bebé aprende a sonreír, comenzará a ampliar sus recursos expresivos, y poco a poco, presentará carcajadas y risas para manifestar su alegría.
Si tu bebé no sonríe con la misma frecuencia que otros, te sugerimos evitar comentarios como “es un enojón” o “siempre está de malas”. Recuerda que todos somos diferentes y la ausencia de una sonrisa no necesariamente implica enojo o inconformidad de parte del bebé. Independiente de la frecuencia de sus sonrisas, recuerda que a él le gusta pasar tiempo contigo y necesita del cariño y amor de sus papás.
Psic. Sofía Campos Ugalde
Fuente: Academia mexicana de pediatría.
]]>Para que tanto tú como tu bebé tengan la mejor experiencia al jugar, es importante que contestes estas cinco preguntas antes de elegir un juguete:
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Recuerda que sus juguetes tienen un gran papel en su vida, así que, ¡ponte en contacto con tu niña interior y enséñale a descubrir el mundo a través del juego!
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