La candidiasis de pezones es una condición muy normal al amamantar. La candidiasis se da debido a la sobreproducción del hongo llamado candida albicans. Aunque NO es una condición seria, puede causar que tanto el bebé, como tú, sientan un intenso dolor mientras amamantas. La candidiasis es muy contagiosa, así que si tú llegas a tenerla, se la puedes contagiar a tu bebé y viceversa.
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La candidiasis de pezones suele ocurrir después de que la mamá o el bebé tomaron algún antibiótico y es mucho más común en mujeres diabéticas o con anemia. En la mamá se caracteriza por un ardor intenso al momento de amamantar. Este ardor se puede sentir de modo superficial o en el interior del pecho. A diferencia de una grieta o cortada que únicamente duele mientras el bebé come, el dolor de la candidiasis suele ser más agudo después de amamantar y continúa entre las sesiones de lactancia. Adicionalmente, los pezones se verán inflamados, irritados y pueden llegar a tener varias pequeñas ampollas.
En el bebé, la candidiasis se caracteriza por una serie de puntos cremosos y blancos en sus encías y labios. Si se raspa suavemente la capa cremosa del punto, la piel debajo suele estar roja. Adicionalmente, puede ser que el bebé se roce o raspe con mayor facilidad. La candidiasis también resulta dolorosa para el bebé, por lo que puede llegar a rechazar el pecho, lo cual reduce la producción de leche y no favorece el proceso de amamantar.
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En caso de que tú o tu bebé presenten esta infección, es muy importante que visiten a su médico para que les de un tratamiento. En caso de no hacerlo, la candidiasis puede ocasionar complicaciones a la lactancia y llegar a obstruir los ductos de tu leche. En el peor de los casos, puede generar una mastitis.