Ahora que ha pasado el Día del Padre, me parece interesante reflexionar sobre las peores preocupaciones que enfrentan los papás de hoy en día. Algunos de estos miedos no han cambiado mucho desde que hay papás y mamás en este planeta; sin embargo, con el tiempo han surgido nuevos temores que debemos conocer.

En una amplia entrevista concedida al diario La Vanguardia, las psicólogas españolas María Jesús Álava, autora de libros como “El no también ayuda a crecer” y “Emociones que hieren”, y María Luisa Ferrerós, autora de “Pórtate bien” y creadora del método Ferrerós, señalan siete “temores capitales” que actualmente enfrentan millones de padres en el mundo. ¿Quieres saber cuáles son?

1. El sexo de los hijos

Sigue siendo el tema tabú de muchas familias. Según las expertas, por vergüenza no se suelen abordar las cuestiones sexuales con los hijos. También hay pavor a que hablar de ello los convierta en jóvenes promiscuos. Su consejo: “de la sexualidad hay que hablar desde pequeños, adecuando nuestro lenguaje e información a cada edad. Hay que tratarlo de forma abierta y tranquila. Si lo hablas con naturalidad no provocas promiscuidad, sino conocimiento real y profundo de la sexualidad”.

2. El alcohol y las drogas

El consumo de alcohol entre los más jóvenes ha aumentado en los últimos años y ha pasado de la ocultación a una exhibición pública que intensifica el miedo de los padres. Ya no se diga en el tema de las drogas. “Hay adolescentes que se acercan al mundo del alcohol y de las drogas blandas sin criterio, ni información y después pueden tener problemas graves”, acotan.

3. La anorexia

Sigue siendo una preocupación frecuente, sobre todo, si vivimos en una sociedad que prima la delgadez por sobre todas las cosas.

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4. Las redes sociales

No hay niño o niña (las edades pueden fluctuar entre los 8 y 13 años), que no tenga un perfil en Facebook o en Twitter, por mencionar sólo dos redes sociales. En muy pocos años, los más jóvenes de la casa han tenido acceso a los teléfonos celulares o cualquier otro dispositivo electrónico. Las especialistas alertan: “Como no controles lo que hacen tus hijos, pueden surgir dos mundos diferentes. Los padres, por desconocimiento o porque les resulta más cómodo que sus hijos estén tranquilos en la habitación, pueden acabar dándose cuenta tarde de que el tema es peligroso”.

5. Las malas compañías

Este es uno de los temores históricos. Y, sin embargo, muchos padres siguen sin entender por qué ocurre. Todo ello tiene que ver con los cambios durante la adolescencia, mismos que “producen mucha inquietud, mucha inseguridad”. Esto lleva a los adolescentes a buscar seguridad en su grupo de amigos porque son sus iguales, los que piensan como ellos, los que se visten igual, los que tienen las mismas inquietudes. “Los puentes que los unían a sus padres se resquebrajan, no les sirven en el proceso de construcción de su identidad que han iniciado”, afirman las especialistas.

6. El acoso escolar

Algunos estudios señalan que uno de cada cuatro alumnos sufre el acoso o la violencia de sus compañeros. Y el riesgo de sufrir bullying se multiplica por cuatro en niños entre 7 y 8 años. El acoso escolar ha existido siempre, pero en los últimos años se ha puesto el foco sobre el problema.

7. La diferencia con otras generaciones

Las expectativas de muchos padres con respecto de sus hijos son actualmente tan altas, que el hecho de que el pequeño no las cumpla produce temor entre los padres. Según las psicólogas, muchos padres quieren tener hijos perfectos (sociables, sanos, extrovertidos y buenos para el deporte). Es una idealización amplificada por los medios de comunicación. Por ello, tener un hijo o una hija diferente es una fuente de estrés y angustia permanente.

Nadie nos enseña a ser padres. De ahí que debamos estar alertas a los temores, eternos o de última generación, que forman parte de la experiencia familiar.

Si bien las caídas pueden ocurrir en cualquier lugar, algunos de los medios más comunes para que un niño se caiga son los equipos de las áreas de juegos infantiles, las mesas para cambio de pañales, los asientos para bebés colocados en superficies altas, los andadores infantiles, los carritos para compras y las ventanas. Cuando un niño cae por una ventana, las lesiones que sufre son más graves que las de otro tipo de caídas.

“Los niños juegan, son activos, imaginativos, creativos y se caen todo el tiempo porque eso es lo que hacen”, dice el Dr. Moir. “Sin embargo, los padres deben estar conscientes que es fundamental no perder jamás de vista a un niño mientras es pequeño e indefenso”.

El Dr. Moir ofrece consejos generales para proteger a los niños de las caídas:

1. Supervisa

Estar atento de los niños en todo momento, en particular cuando se encuentran en superficies peligrosas, es fundamental.

Asegura a los bebés. Asegura bien a tu bebé en las sillas saltarinas, los asientos para el automóvil y los portabebés.

2. Mantén las sillas en el piso

Procura  mantener las sillas saltarinas y los asientos para el automóvil en el piso, nunca sobre una mesa, ni un mostrador o banco de la cocina, ni las máquinas para lavar o secar ropa, ya que incrementan el riesgo de que tu bebé sufra un accidente.

Cuida al bebé. Coloca una mano encima del bebé cuando le cambies el pañal sobre una mesa o sofá, ya que esto le proporciona soporte y evitará que se caiga.

3. Protégelos

Coloca puertas a prueba de bebés al inicio y final de las escaleras.

4. Cuídalos

No permitas que los niños se pongan de pie en los carritos de compras.

5. Verifica el área de juegos

Verifica que el equipo del área de juegos infantiles sea adecuado para la edad del niño y supervísalo mientras juega.

El Dr. Moir señala que “la temporada vacacional es de alto riesgo para que los niños caigan por las ventanas. Debes tener mucho cuidado ya que es algo que ocurre todos los días, en promedio diariamente 14 niños sufren lesiones graves después de haber caído por la ventana”.

6. Cuando abres las ventanas…

Recordatorios importantes para cuando el clima mejora y se abren las ventanas a fin de permitir que circule aire fresco por la casa:

• Las mallas de las ventanas sirven para mantener a los insectos fuera de la casa y no para proteger a los niños. No confíes en que la malla servirá de barrera protectora.
• Mantén las ventanas cerradas en los pisos altos. Si las abres, ábrelas de arriba hacia abajo.
• Solamente abre las ventanas a las que los niños no pueden llegar.
• Mantén todos los muebles y cualquier otra cosa que el niño pueda utilizar para trepar lejos de las ventanas.
• Establece reglas para que los niños no puedan jugar cerca de las ventanas, ni puertas de salida al patio, y haz que las cumplan.
• Compra protectores de ventanas que ayuden a evitar caídas infantiles y que  son de venta pública.

7. Contactos de emergencia

Siempre que un niño sufra una lesión debido a una caída, hay que comunicarse con el médico. Si se trata de una lesión grave o mortal, se debe buscar atención médica especializada de inmediato. Cuando no se observan lesiones obvias, el Dr. Moir sugiere que vigiles al niño y si el pequeño se comporta de manera diferente a lo normal después de la caída, entonces busques tratamiento de inmediato.

¿Quieres saber 10 cosas que no deben preocuparte en el embarazo? Da clic aquí. 

Hoy les compartimos 7 tips que todas deberíamos saber para poder disfrutar nuestra maternidad al máximo. Consejos que nadie te había dicho, pero que harán una gran diferencia en esta aventura que estás comenzando.

 ¡No olvides las compras! Te damos una lista de artículos que todo bebé recién nacido debe tener.

¿Cuándo fue la última vez que viste a un niño hojear y leer un libro de papel? Por desgracia, esta imagen se vuelve cada vez más extraña a medida que los pequeños tienen un mayor acceso a las tabletas y los teléfonos inteligentes.

Conozco a muchos padres que, con el pretexto de que el niño o la niña se distraiga y los dejen en paz (la verdad sea dicha), sueltan el artilugio que tienen en las manos a la menor provocación. Muchos de ellos hasta se sienten orgullosos de mostrar a sus casi bebés tecleando el móvil como si fuera un juguete.

Te damos 5 ideas para estimular la imaginación de tu bebé. 

Interesante propuesta madrileña

Para fomentar la lectura entre padres e hijos menores de 5 años, la Casa del Lector de Madrid ensaya con 100 familias un programa para afianzar este hábito en casa. En una entrevista publicada en el periódico El País, Marisa Pata, directora de Casas Lectoras, explicaba que este proyecto, recién iniciado en febrero, consiste en que cada una de las familias participantes recibe 20 libros que debe devolver en junio. Al entrar en el proyecto, cada familia ha firmado un compromiso para leer en casa con sus hijos (de entre 8 meses y 5 años), así como participar una vez al mes en sesiones de lecturas colectivas, además de disponer de tertulias virtuales para intercambiar experiencias.

De lo que se trata, agrega Pata, es de que mediante el afecto, “los familiares sean los perfectos mediadores en esos primeros años en los que todavía no acuden a bibliotecas ni escuelas”.

Esta iniciativa, arropada por la Comisión Europea, nace a partir del escalofriante hecho de que sólo el 45% de los españoles lee libros con frecuencia, mientras que un 42% afirma que no lee porque ni le gusta ni le interesa.

Los hábitos de lectura en México

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura 2012, sólo 4 de cada 10 personas en México leen. El 63.8% de los encuestados dijeron no tener hábitos de lectura en su infancia, mientras que el 48% de los jóvenes nunca han visitado una biblioteca. Lo más triste de todo: 42% de la población dedica su tiempo libre a ver televisión y sólo 12% prefiere leer. Por si esto fuera poco, según cifras de la UNESCO, México es el penúltimo lugar en consumo de lectura de 108 países. En promedio, el mexicano consume menos de tres libros al año y dedica tres horas a la semana a la lectura extraescolar –en comparación con Alemania que lee alrededor de doce.

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Si en México somos tan buenos para copiar proyectos regulares o francamente malos, ¿por qué no hacemos nuestra esta iniciativa de lectura en casa? Como bien dice la bibliotecaria española Diana Pineda: “las familias lectoras generan niños lectores”. Y esto es una gran verdad.

Por: Laura Martínez Alarcón

Fuente: www.actitudfem.com

En esta ocasión, el fotógrafo Seth Casteel nos muestra una serie de fotografías de bebés nadando para llamar la atención de los padres. Todos debemos estar conscientes de la importancia de enseñar a nadar a los niños desde edades tempranas para evitar las muertes por ahogamiento. Aquí te presentamos algunas de ellas.

¿Sabías que el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental en niños de entre 1 y 4 años?

De todas las muertes accidentales que ocurrieron en 2009, en ese rango de edades, el 30% fue por ahogamiento.

Algunas investigaciones sugieren que los niños de entre 1 y 4 años son los que más frecuentemente se ahogan.

Sin embargo, llevarlos a clase de natación cuando tienen entre 1 y 4 años reduce el riesgo de ahogamiento en un 88%.

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Por: Susana Miyar

Fotos: Seth Casteel

Fuente: www.actitudfem.com

La semana pasada, The Lancet publicó una investigación que duró un plazo de 30 años. Todo inició en 1982 cuando investigadores realizaron un estudio a niños nacidos en Pelotas, Brasil. Éste incluyó entrevistas a 5 mil 914 mujeres primerizas en las que se les preguntaba sobre lo que pensaban acerca de la leche materna.

¿Tienes que estimular todos los tipos de inteligencia de tu bebé todo el tiempo? Averígualo en este artículo. 

El doctor Bernardo Lessa Horta aseguró que este estudio es único, pues se le dio seguimiento a los bebés hasta que cumplieron 30 años de vida: “Observamos que la lactancia materna estaba relacionada de forma fehaciente con el rendimiento y la inteligencia a los 30 años de edad, así como con la educación, el rendimiento escolar y los ingresos mensuales más altos”.

El especialista Lessa Horta aseguró que los niños que fueron amamantados 12 meses o más, tenían un coeficiente intelectual más alto (unos 3.7 puntos más). Asimismo, tenían más años de educación y ganaban un 20% más que el nivel promedio de ingresos, lo que sugiere que el efecto positivo de la lactancia materna en el coeficiente intelectual lleva a un ingreso más alto.

¿Por qué la leche materna nos hace más inteligentes?

De acuerdo a Lessa Horta, la leche materna es rica en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga que ayudan al crecimiento y desarrollo del cerebro.

Obviamente amamantar a tu bebé o no es una decisión personal, pero qué maravilla que estudios como éste puedan hacernos ver los grandes efectos positivos de la lactancia en la vida del bebé.

¿Quieres conocer más beneficios de la lactancia materna? Da clic aquí. 

Por: Daniela Jerez

Fuente: www.actitudfem.com

Wallace también menciona en su artículo que en 2012, mujeres de más de 50 años tuvieron 600 bebés, un aumento del promedio de 144 nacimientos en 1997, de acuerdo con datos del Centers for Disease Control and Prevention.

Las cifras NO toman en cuenta a las mujeres que se convirtieron en mamás mediante un vientre de alquiler.

Como se menciona en el artículo, la mayoría de las mujeres que deciden ser madres después de los 50 años tienen que recurrir a métodos, como la fertilización in vitro o usar aquellos embriones que hayan congelado cuando eran más jóvenes.

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No es nuevo…

En 2009 ya se habían presentado algunos casos de mujeres de 50 años o más que querían embarazarse. Por ejemplo, en Nueva York, en 2010, el doctor Jamie Grifo ayudó a una mujer de 54 años a tener un bebé.

Cada vez más mujeres postergan la maternidad, pues buscan desarrollarse en el campo profesional y vivir experiencias que mejoren su calidad de vida, como viajar y hacer diversas actividades recreativas.

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Por: Daniela Jerez

Fuente: www.actitudfem.com

Recientes investigaciones neurocientíficas han demostrado que tejer y otras formas de artesanía textil, como la costura y el crochet, influyen mucho en aspectos como la atención y la meditación, lo que impacta positivamente en la salud mental y el bienestar físico.

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Tras realizar una encuesta a más de 3,545 tejedores, Betsan Corkhill, un terapeuta del tejido con sede en Reino Unido, demostró cuáles son los efectos terapéuticos del tejido: más de la mitad de los encuestados informó que tejer les hacía sentir “muy feliz”. Incluso muchos de ellos dijeron que tejían para relajarse, aliviar el estrés y ser más creativos.

Asimismo, el estudio encontró una relación significativa entre la frecuencia del tejido, el estado de ánimo y los sentimientos percibidos de los encuestados. Tejedores frecuentes (los que tejen más de 3 veces a la semana) eran más tranquilos, más felices, menos tristes, menos ansiosos, y tenían más confianza en sí mismos. Curiosamente, el estudio también demostró que las personas que tejen en grupo eran más felices que los tejedores en solitario.

10 razones para empezar a tejer

Según el estudio de Corkhill, existen diez razones por las que tejer con amigos puede mejorar y ayudar a tu mente:

1. Facilita el desafío mental y la resolución de problemas
2. Ofrece conexión social
3. Da plenitud
4. Desarrolla la coordinación mano-ojo, la percepción espacial y la destreza motora fina
5. Ayuda a aprender y a enseñar
6. Centra la atención y los pensamientos en una tarea
7. Fomenta la creatividad activa
8. Da un sentido de orgullo y logro
9. Enseña paciencia y perseverancia
10. Facilita la formación de la memoria y la recuperación

De acuerdo con este terapeuta británico: “las habilidades y sentimientos experimentados mientras se teje o borda también se pueden utilizar para facilitar el aprendizaje de técnicas, como la meditación, la relajación y el ritmo que se enseña comúnmente en los cursos de manejo del dolor, o en el tratamiento de la depresión”.

Ahora ya lo sabes, la naturaleza rítmica y repetitiva de tejer es calmante, reconfortante y contemplativa. Es tan benéfica, afirma Corkhill, que incluso Albert Einstein tenía fama de haber tejido para “calmar su mente y aclarar su pensamiento”.

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Por: Laura Martínez Alarcón

Fuente: www.actitudfem.com

Mi amiga tiene una sobrina preciosa. La peque tiene 3 años y un día que fui a visitarlas, mi amiga me dijo que se sentía gorda con el vestido que se había puesto. De pronto, su mamá, la abuela de la nena, le dijo que se callara.

No entendí nada, hasta que la nena se fue de la habitación para seguir jugando. Fue entonces cuando la señora me dijo que delante de la peque no dicen este tipo de cosas porque un día mientras la vestían, la niña dijo que no quería ponerse ese vestido porque se sentía gorda.

Sí, por nuestra culpa, las mujeres que día tras día nos repetimos que seríamos perfectas si tuviéramos una talla cero y no la tres que ahora tenemos, es que los niños que nos escuchan comienzan a traumarse en edades en las que francamente deberían preocuparse por qué juguete van a utilizar en el día y no por cómo lucen.

Las dietas en niños

El reporte de Common Sense Media arrojó datos escalofriantes, por ejemplo, que 1 de cada 4 niños de 7 años ya se ha puesto a dieta.

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La relación madre- hija

Otro interesante dato fue que las niñas ven que sus mamás no están felices con su imagen corporal, por ello, aprenden a no querer su cuerpo tampoco.

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Algunos especialistas sugieren que debemos evitar en lo posible hablar sobre nuestro cuerpo e inseguridades frente a los pequeños para evitar que ellos hagan lo mismo, y es que, ¿imaginas a un peque preocupado por su peso a los 5 años cuando debería estar preocupado por otras cosas como salir a jugar? En verdad alarmante.

Por: Daniela Jerez

Fuente: www.actitudfem.com

Según Valeria Schapira, experta en relaciones del portal de encuentros Match.com, pasar unas vacaciones juntos puede ser “la prueba de fuego” para convivir y conocer a los niños y saber si podrás o no manejar la relación con ellos y con tu pareja. En palabras de Schapira, puede ser “una maravillosa ocasión para seguir afianzando el vínculo”.

9 consejos para ganarte su confianza y fortalecer la relación con tu pareja

Para salir airosa de la situación, Schapira recomienda:

1. Ser tú misma. No hagas un personaje para caer en gracia a los niños. Ellos respetan la autenticidad y te aceptarán como eres, siempre que los respetes a ellos de la misma manera.
2. No les temas. Son chicos, aunque a veces se pongan difíciles. Ellos detectan las inseguridades de los mayores y saben cómo jugar con las mismas a su favor. Relájate y verás cómo todos van entrando en sintonía.
3. Recuerda que son los hijos de tu pareja, no los tuyos. No trates de educarlos y ni se te ocurra intentar reemplazar o criticar a su madre. Tampoco adoptes el rol de amigo: estás pasando las vacaciones con ellos como pareja de su progenitor.
4. No vienes a reemplazar a nadie. Transmíteles con actitudes que no vienes a reemplazar a su mamá. Es la mejor manera de que te acepten y, de este modo, todos aprendan a compartir desde el respeto y el diálogo.
5. No intentes imponerte ni congraciarte. Los vínculos se construyen de manera gradual por lo que si tratas de que te acepten de manera forzada conseguirás, justamente, lo contrario.
6. Organiza planes para los días de descanso. Arma un esquema de vacaciones con tu compañero para que no todo sea improvisación en los días de convivencia veraniega. Eso incluye ciertos horarios de comidas y salidas. Aún en vacaciones, los chicos necesitan rutinas.
7. Fomenta el consenso. Es vital que cada niño se sienta aceptado y entendido en su individualidad, no amenazado. Conversa con tu pareja acerca de los planes para las vacaciones y compartan con los niños el plan de actividades que harán conjunta o individualmente.
8. No entres en batallas. Muchas veces los niños sienten como a una intrusa a la nueva novia de papá y actúan a la defensiva. No es algo personal, ya pasará.
9. Y, sobre todo, ten paciencia pero pon límites. Si se suscitan tensiones, conversa de lo que está sucediendo con tu pareja. Él deberá explicarles con amor y seguridad que tiene derecho a rehacer su vida sentimental.

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De acuerdo con Valeria Schapira, en el caso de que ambos tengan hijos, es posible aplicar las mismas recomendaciones. También es posible que todos necesiten una dosis extra de paciencia. Recuerda que se trata de adultos y niños con una historia, un relato familiar y una nueva forma de convivencia.

Por: Laura Martínez Alarcón

Fuente: www.actitudfem.com