El otro día oí a una mamá gritar: “¡Se va a caer!” y después la vi salir corriendo hacia donde su bebé estaba de lo más feliz subiendo por vez primera unas escaleras. Todos, incluyendo el bebé, nos asustamos por la reacción de esta mamá.
Ya sea que tu bebé camine o no, por lo general empezará a subir escaleras alrededor de los 13 meses. Lo mejor del caso es que se dará de forma natural y no habrá necesidad de invertir en aparatos para que lo haga. Es posible que esto suceda antes de que esté aprendiendo a caminar o después, y de la misma manera, se dará de un día para otro.
Sabemos que, para algunos papás, soltar a sus hijos es difícil, por eso, es importante que estés preparada para este suceso. Imagínate que de repente estás feliz jugando con él, te volteas un momento a hacer otra cosa y cuando volteas, él ya anda feliz subiendo (o más bien, trepando) una escalera. ¡Uy, qué susto!, pero déjalo, no lo intimides gritando de miedo porque se puede asustar y desconcentrar, lo cual puede ser peligroso.
¿Qué puedes hacer?
Una manera de protegerlo es que en tu casa puedes colocar rejillas protectoras para que no pueda subir y bajar escaleras sin tu supervisión. Sin embargo, la mejor manera de protegerlo es acompañándolo en el proceso, al tiempo que lo apoyas para que pueda explorar. ¡Es muy divertido y satisfactorio! No te asustes, ni lo asustes a él. Tampoco trates de privarlo de estas oportunidades. Simplemente hazte a la idea de que antes de que te lo imagines, tu bebé estará subiendo escaleras, y que algunos lo hacen muy rápido y llenos de confianza. ¡Qué maravilla!
Recuerda que no quieres contagiarle tus temores a tu bebé, y mucho menos quieres que deje de aprender porque tú te asustas. Pásenla rico juntos, nada más prepárate desde antes instalando las rejillas y caminando atrás de él cuándo esté practicando su escalada o su descenso felizmente.