A partir de un desayuno que compartí con dos amigas embarazadas se me ocurrió escribir algunos tips acerca de las visitas al recién nacido. ¿Qué asunto complicado, no? Después de mis experiencias con Emma y Sara, puedo decir que dependiendo de cómo haya sido tu parto, puede que estés ansiosa de mostrar a tu bebé a tus visitas, o puede que te encuentres cansada, dolorida y con pocas ganas de ver a familiares y amigos. Sólo nosotras entendemos nuestros cambios físicos, psicológicos y emocionales cuando nos convertimos en mamás

Aquí les comparto todo aquello que pienso que nos cuesta decir por temor a que los demás se resientan u ofendan. Son unas normas básicas que, en mi opinión, deberíamos seguir todos a la hora de hacer una visita a unos papás recientes:

• No es conveniente visitar a un bebé durante las primeras 24 horas del nacimiento. Tanto el bebé como la mamá deben descansar. Igualmente, si la nueva familia no quiere ver a nadie, hay que entenderlo y respetarlo. La adaptación es difícil y cada uno lo hace como puede.
• Llamar siempre antes de hacer la visita y no ofenderse, ni hacer planteos si para los papás no es el momento oportuno. Si ellos dan luz verde, la visita debe ser breve. Tanto la mamá como el papá necesitan disfrutar del bebé a solas, conocerse y reconocerse. Llevan nueve meses esperándolo y se merecen estar tranquilos. Asimismo, hay que dar lugar al resto de visitas para que no se acumule gente en la habitación.
• Si no eres familia directa, mejor envía un whatsapp para felicitar a los recientes papás y preguntar cómo están. En ese momento puedes aprovechar para consultar cuándo puedes ir a saludarlos.
• Mejor no estar en la habitación del hospital o de la casa cuando la mamá esté amamantando. Es un momento muy íntimo que requiere de tranquilidad. Asimismo, evita comentarios tales como “ese bebé tiene hambre, por eso no para de llorar”, “hay que cambiarle el pañal”, “tu leche no le alcanza, quieres que te alcance una mamila?”. No hay nada más agobiante. Da consejos si te los piden. Una reciente mamá recibe miles de comentarios y/u opiniones contradictorias que la marean muchísimo, así que si quieres ayudarla, mejor no le digas nada.
• Nunca visites a la reciente familia si estás enfermo (aunque sea un leve resfrío).
• Que el bebé pase de una mano a otra es una situación muy estresante tanto para él como para sus papás (hay mamás a las que no les importa, pero a otras les molesta muchísimo). Hay que tener presente que el recién nacido ha sufrido un cambio muy grande al pasar del útero materno a un mundo lleno de personas que se le acercan, lo tocan y le hablan. Ya habrá tiempo de disfrutarlo, abrazarlo, besarlo y contemplarlo.
• Si el bebé está dormido no lo toques, ni despiertes… ni lo hagas despertar.
• Si deseas tomarle una foto al bebé, pregunta y apaga el flash.
• Si el bebé tiene hermanos, comparte tiempo con ellos (puedes llevarlos al parque, a tomar un helado o a dar un paseo mientras la mamá descansa o lacta). Lo necesitan. Además, ten en cuenta que si vas a llevar un regalo para el bebé, a los hermanos mayores les encantará recibir un presente en ese momento tan importante que están viviendo.

Por último, no es mala idea dar a conocer alguno de estos puntos a la familia en el baby shower o enviando una nota unos días antes junto a las últimas noticias del embarazo.

Lo más importante es que te sientas bien durante tus primeros días como mamá. Siempre digo en el “Taller de Maternidad” de Descubriendo la Maternidad: “MAMÁ FELIZ = BEBÉ FELIZ = FAMILIA FELIZ”. Muchas veces, los malentendidos se producen porque no expresamos con claridad lo que deseamos, así que se vale compartir este post entre familiares y amigos.

¿Qué piensas? ¿Se me ha olvidado algún tip?

Con amor,

Mamá Pia

Si quieres conocer recomendaciones para regresar a tu casa después del parto, te sugerimos este post de Eva Barrio-> da clic aquí.

¡Atención! Algo  importante que aprendí en este camino es que lo mejor es que nosotros, los padres, observemos a nuestros bebés y hagamos las pruebas para ver qué les resulta mejor a ellos.

Cada niño es distinto y necesitará de cuidados diferentes. ¡Todo es adaptación y aprendizaje!

Aquí les detallo algunos tips que puse en práctica con Sara y Emma:

• Horario para irse a dormir. En mi caso, todos los días a las 6 de la tarde, les doy un baño de agua calentita, luego les doy de cenar y las acuesto a las 7.30 de la tarde. Me esfuerzo mucho (pero MUCHO) por aplicar la rutina a diario, sin excepciones. En vacaciones y fines de semana se ablanda un poco, pero cuando llega el domingo previo a la semana de clase la rutina toma forma de nuevo.
• Siestas durante el día. Aprendí que son muy importantes. Si duermen bien durante el día, también dormirán bien de noche. Comprobé que un bebé que llega a la noche demasiado cansado tiende a despertarse más.
• Dejar pasar unos minutos entre el pecho/la mamila y la cama, tanto en el día como en la noche.
• Envolverlas en un saco de dormir para que se sientan calientitas y seguras.
• Acostarlas en la cuna antes de que se duerman del todo. Lo importante es que sean conscientes de que se duermen en la cuna y se despiertan en el mismo sitio. Si el bebé se duerme en nuestros brazos, es probable que cuando se despierte y se dé cuenta de que está solo, se angustie y llore. Para este punto, hay que tener paciencia. ¡Mucha paciencia!
• En las tomas nocturnas, procuro que todo sea tranquilidad, sin luz ni ruidos.

Espero que estos tips les resulten útiles y que poco a poco puedan adaptarlos a sus rutinas… ¡todo es ensayo y error, mamás!

Cuéntenme, ¿cómo duermen sus bebés? ¿Tienes alguna otra idea o sugerencia para ayudar a los bebés a dormir? ¿Qué es lo que mejor les funciona?

Con amor,
Mamá Pia

• Hay que estar preparada para el parto, tanto para un nacimiento vaginal como para una cesárea. Es clave estar tranquila e informada.
• “Duerme cuando tu bebe duerme, si no quieres llorar cuando tu bebe llora”. No importa si es de día, duerme sin culpa.
• Los bebés son extremadamente sensibles a los cambios de humor de su mamá: “keep calm and be a nice mom”.
• Todos los días haz algo para ti, sin tu bebé: baño de 1 hora, siesta en silencio, película, libro, cocina, paseo.

MAMÁ FELIZ = BEBÉ FELIZ

• Es NECESARIO pedir ayuda. Dar pecho es algo que únicamente nosotras podemos hacer, pero el resto de las cosas de la casa podemos delegarlas. Pedir ayuda es fundamental para poder dedicarnos a lo verdaderamente importante: el bebé.
• La lactancia no debe doler. Si duele, es probable que el bebé este mal posicionado o con un mal enganche. Mejor invertir en una asesoría de lactancia… que en la farmacia para comprar leche de fórmula.
• ¿Cómo sé si mi bebé está comiendo bien? Si moja de 6 a 8 pañales por día (24 hs).
• ¿Cómo me aseguro que mi bebé está satisfecho? Manteniéndolo despierto al comer con cosquillas en sus pies, dejándole al descubierto sus piernas para que le dé un poquito de frío, cantándole, tocándole sus cachetes. Si come bien, tendrás un tiempo de descanso entre toma y toma.
• Evita asociar dormir con comer: dale de comer y luego intenta una vigilia de apróx. 10 minutos antes de que se duerma. Lo importante es que alcance el sueño por cansancio y no por tener la panza llena. ¡ESTA ES UNA REGLA DE ORO! ¡El secreto de la felicidad! De este modo, evitarás que solamente se pueda dormir si come o si está en el pecho.
• Bríndale seguridad y buenos recuerdos de cuando estaba en la panza haciéndolo taquito.
• Al momento que sientas que la lactancia está establecida (apróx. al mes), ofrécele una toma al día en biberón… es “libertad” a futuro. Además, de una excelente oportunidad de conexión entre bebé y papá.
• Marca un horario para el inicio del día y para el inicio de la noche. Las rutinas son claves para un buen dormir (¡familiar!).
• Señala al bebé el día y la noche. De día, luz y ruido. De noche, oscuridad y silencio. Ten a mano una luz nocturna para las tomas de la madrugada y el cambio de pañal.
• Tu mamá, tu suegra, tus amigas, tus compañeras de la oficina tienen la mejor intención al darte sus consejos. Sin embargo, ¡confía en tu instinto! El instinto maternal es TODO.
• Con bebés es difícil planificar… y ni hablar de llegar a tiempo a una cita! ¡No te estreses! Considera siempre un “plan b”.

Todo pasa, todo es una etapa…. ¡nada dura para siempre!

A ti, ¿qué te hubiera gustado saber antes de ser mamá?

Con amor,
Mamá Pia

Aquí les comparto los consejos que escribí:

• ¡Disfruta, disfruta, DISFRUTA! No tengas prisa, crece junto a tu bebé.
• Involucra a tu pareja. Te recomendamos: ¿Cómo involucrar a tu pareja en el cuidado de tu bebé?
• Confía en tu instinto y en tus elecciones. Escucha los consejos que te den, pero escucha más aún lo que dice tu interior. Lo que haces y decides no siempre le agradará a todo el mundo.
• Duerme cuando tu bebé duerme, si no quieres llorar cuando tu bebé llora.
• Acepta ayuda de tus seres queridos. Déjate consentir.
• Apóyate en una asesora de lactancia. Te recomendamos: Grupos de apoyo a la lactancia materna: La Liga de la Leche
• No pierdas el estilo. Es importante que el espejo refleje una imagen que te haga sentir bien.
• Tan pronto sea posible, planifica un momento íntimo con tu pareja fuera de casa. Una cena, una película, un café, un paseo, son la excusa perfecta para “reencontrarse”. Te recomendamos: 5 pasos para mantener el romance con tu pareja cuando tienen un bebé
• Que no te dé pena decir “no”. No trates de complacer a todo el mundo.
• Eres la mejor mamá que tu bebé puede tener. No te castigues, siéntete segura en tu función de madre.
• Tómate 30 minutos diarios para ti, para tu bienestar.
• Comparte experiencias con otras mamás. Muy importante: ¡mamás positivas, con buenas vibras!
• Cuenta hasta 10 con los ojos cerrados en momentos de crisis. Al abrirlos, mira a tu bebé y agradece tenerlo en tus brazos.
• Toma al menos 4 bellas fotografías al mes.
• Los primeros meses pasan rapidísimo. Te olvidarás del caos de los primeros días y sabrás que todo, absolutamente todo, ha valido la pena.

¿Y tú, qué consejos incluirías?

Con amor,
Mamá Pia

En estas vacaciones quiero que Leo y yo junto a Emma juguemos sin parar, ríamos a carcajadas, disfrutemos del viento en la cara, saltemos de alegría, nos tiremos por la resbaladilla, corramos descalzos detrás de la pelota, cantemos su canción favorita de Mariana Mallol “Dos Gatos” a todo volúmen, contemplemos la luna y las estrellas acostados en el pasto y bailemos sus pasos preferidos.

Deseo que cuando Emma sea grande y piense en su familia, sonría y recuerde lo bien que la pasamos juntos. Quiero que guarde en su corazón esos momentos bien nuestros… sólo nuestros.

Emma, sé que estoy muy lejos de ser la mamá perfecta que a veces me impongo ser… pero ¡te quiero con todo mi corazón y me siento la más afortunada del mundo por que seas mi bebé!

Ustedes, ¿a veces sienten parecido?

Con amor,

Mamá Pia

Con amor,
Mamá Pia

Te recomendamos:

5 pasos para mantener el romance con tu pareja cuando tienen un bebé

¿Qué es BLW? ¿De qué se trata? Es un método de introducción gradual de la alimentación complementaria, también conocido como destete dirigido por el bebé o alimentación complementaria dirigida por el bebé o a demanda. Este método no enseña a los bebés a alimentarse, sino que simplemente busca que aprendan a disfrutar comiendo.

Una de las cosas que más me gusta del BLW es que desarrolla y fortalece los sentidos y la capacidad manual de los bebés, al tiempo que les permite conocer nuevas texturas, nuevos olores y nuevos sabores. Igualmente, respeta sus ritmos de hambre y saciedad, evitando que coman más de lo que necesitan, e invita a compartir la mesa en familia.

¿Cuándo lo inicié? A los 7 meses de Emma, cuando su pediatra nos dio luz verde. Fue una etapa increíble porque fue un momento de gran crecimiento y descubrimiento para ella. ¡Punto importante! Es indispensable que los bebés ya puedan sentarse sin apoyo.

Al principio, lo que más hacía Emma con la comida era jugar e investigarla, de arriba a abajo y de abajo hacia arriba. Poco a poco fue comiendo más. Lo que me dejaba tranquila era que seguía tomando la misma cantidad de leche materna, por lo que estaba muy bien alimentada (según la OMS, la leche materna es el alimento principal hasta el año de vida). Cuando íbamos a un restaurante o a casa de amigos, era un placer no tener que estar pensando cuál iba a ser su comida. Le daba algo de mi plato. ¿Sus alimentos preferidos? Espinaca, brócoli, lentejas y pollo.

Para terminar tengo que decir que se necesita mucha paciencia (como en toda etapa de aprendizaje), tiempo y un pequeño kit para limpiar el piso… Los beneficios son muchísimos, así que ¡vale la pena intentarlo!

¿Qué les parece el método BLW? ¿Lo conocían? ¿Cómo fueron sus experiencias durante el inicio de la alimentación complementaria?

Con cariño,

Mamá Pia

Te recomendamos:

Mi experiencia con el Baby Led Weaning

¿Papillas o comida en pedacitos? Mi experiencia con el “baby led weaning”

“No conoces el verdadero miedo hasta que te conviertes en madre.” Sinceramente no pensaba que estas palabras fueran tan ciertas. A pesar de tanta verdad encerrada en una sola frase, puedo decir que vivo con plenitud la maternidad y la crianza de mi gordita… Pero los hijos duelen demasiado, tanto, que a veces hasta la sola idea de imaginártelo te bloquea. La maternidad tiene un lado de felicidad absoluta, pero también un huequito de sufrimiento. Desde que soy mamá se enfatizó mi angustia al conocer historias en las que hay involucrados bebés o niños, o bien cuando voy caminando por la calle y los encuentro en situaciones vulnerables. No puedo evitar ponerme en su lugar… instantáneamente lloro. También comenzaron a presentarse miedos en mi cabeza que hasta entonces eran inexistentes. Nunca he sido una persona miedosa, soy súper relajada, pero la maternidad remueve muchas cosas.

¿Quieres saber cómo manejar tus miedos durante la crianza de tus hijos? Da clic aquí. 

Sin lugar a dudas, el temor (o mejor dicho, el terror) más grande que una madre pueda sentir es el de perder o que le suceda algo a sus hijos. Mis miedos más fuertes están ligados a las enfermedades, a las necesidades de Emma que yo podría no detectar, a que se caiga de un lugar alto (¡los balcones y los hoyos de los juegos del parque me dan pavor!), a los accidentes de tránsito… a que me pase algo a mí o a Leo. Por ejemplo, mi mente se vuelve catastrófica horas antes de un viaje en avión, ¡y antes no me pasaba! No puedo controlarla. Por esto, siempre elijo, de manera muy egoísta (asumida), viajar con Emma a pesar de tener la posibilidad de no hacerlo. No puedo ni pensar no estar a su lado y que algo ocurriera. La única vez que viajó con Leo sola, la pasé muy mal. ¡Y era un vuelo de 30 minutos! Lo que se sufre por un hijo, los temores y las preocupaciones que se tienen, no se pueden comparar con ninguna otra circunstancia. ¿Coinciden o es locura mía?

A Leo realmente le angustia muchísimo que yo hable de estas cosas o que le cuente noticias tristes donde hay involucrados menores. Me frena, no me deja avanzar con lo que le estoy contando. Le resulta muy difícil asimilar que son miedos que no puedo dejar de sentir; son miedos de mamá con los que voy a vivir siempre. Estarán ahí, cerca mío, pero haré como hasta ahora lo necesario para que no me obsesionen ni me paralicen… todo lo contrario. Trabajaré en ellos, y aprenderé y ayudaré a todo aquel que esté a mi lado transitando una situación vulnerable o dolorosa.

Es el primer artículo que escribo sobre los “miedos de mamá”, algo tan profundo y difícil de expresar. Esto surgió a partir de una sucesión de noticias muy tristes y de la decisión que tomé junto a Leo de conservar nuevamente las células madre de nuestra hija. Para mí, ser mamá es un constante crecimiento y desafío. Ustedes, ¿cómo viven sus miedos?

También te puede interesar: Mis más grandes miedos durante el primer año de mi bebé. 

Agradezco a la vida tener tanto para disfrutar… ¡una familia maravillosa, sana y amorosa que día a día me llena el alma! ¿Existe historia de amor más bella que ésta?

Con cariño,

Mamá Pia

Pero no siempre son espléndidos los días… así es la vida. También manifiesta sus enojos, sus dolores, sus tristezas y sus preocupaciones. Sí, con 2 años, tiene preocupaciones… como por ejemplo cuando su bebé está enfermo o cuando me ve ponerme mi abrigo y mi bolsa y le explico que salgo sola a hacer unos pendientes. También existen momentos de ira total. Puede querer un “late” (léase, chocolate) a las 8:50 de la mañana, negación de por medio, y la partida al kínder se vuelve caótica por su enorme berrinche. Claro, llanto, patadas y gritos son parte de su escena.

También te puede interesar: Nadie tiene la razón en la maternidad. ¡Dejemos de juzgarnos! 

A todo le pone su esencia, su carácter, su temperamento. Debo confesar que esto me encanta, aunque en esas situaciones me desquicie. El viernes, en el mail que envían semanalmente las guías de su kínder, destacaban que están trabajando sobre los sentimientos. Sobre todo, en lo importante que es poder expresar, con palabras o con gestos, lo que sentimos.

Reflexionando sobre esto, es tan lindo poder exteriorizar lo que nos alegra, lo que nos da miedo, lo que nos desilusiona, lo que nos entristece, lo que nos preocupa. Es gratificante comunicarnos para compartir experiencias, aprendizajes, emociones. A mí personalmente, escribir me impulsa a bucear en mi pasado, en mi presente y en mi futuro. La maternidad tiene eso que me resulta maravilloso.

En cuanto a Emma, intento poner en palabras y en gestos mis emociones. Siento que es una gran enseñanza. Por momentos es más fácil y por otros más engorroso (¡principalmente en medio de un berrinche!). Desde: “Emma, no me gusta lo que estás haciendo. Me enoja”, a: “Emma, estoy tan feliz de estar aquí contigo en el parque, disfrutando este día” o “Emma, ¡me emociona verte tan grande! Estoy orgullosa de tu logro”.

También te puede interesar: ¿Cómo influyen las emociones de los padres en el desarrollo emocional de los niños de 0 a 2 años?

Poder comunicarle de forma sincera y clara mis sentimientos es un gran desafío como mamá. No quiero que por vergüenza, por pudor o por apuros dejemos de lado nuestras emociones. Ustedes, ¿cómo lo viven? ¿Qué sentimientos transitan a flor de piel junto a sus niños por estos días?

Con cariño,

Mamá Pia

• Disfruto (¡y valoro como nunca!) algo tan simple como dormir una noche sin interrupciones o como tomar un té en silencio mientras leo una revista.
• Descubrí un amor distinto, inigualable e inexplicable… ¡que a veces hasta me asusta!
• Me presento más veces al día como “la mamá de Emma” que como Pia.
• Me volví mucho más cuidadosa de mi salud.

¿Estás haciendo un buen trabajo como mamá? Da clic aquí. 

• Intento a diario ir más allá del límite, del límite, de mi límite de paciencia.
• Descubrí que soy mucho más fuerte de lo que siempre he creído.
• Consigo hacer en 2 horas lo que antes hacía en un día con mi nuevo superpoder de mujer pulpo.
• Comprendí que Emma puede enseñarme muchísimas más cosas que yo a ella.
• Todos los días confirmo que la inspiración no tiene límites.
• Aprendí a hablar con otras mamás en modo automático mientras persigo a Emma por los juegos del parque.

Y tú, ¿qué responderías?

Con cariño,

Mamá Pia

También te puede interesar: 10 cosas que cambian cuando eres mamá.