Si quieres saber más al respecto te cuento mi experiencia:

Para muchas personas, durante nuestros años en la escuela, las matemáticas eran tan terroríficas como el monstruo de nuestras peores pesadillas: sí, ese que siempre estaba debajo de tu cama, esperando para acecharte cuando tus padres no vigilaban y que iba a venir a sorprenderte cuando menos lo esperabas con un 5 de calificación.

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Frases como: “Las matemáticas son súper difíciles”, “Nunca he sido buena para calcular”, “Mejor que su papá se las explique”, “Finalmente, ¿para que me van a servir?, si para eso están las computadoras”, etcétera, son frases que delatan a las personas que tienen ese miedo irracional a resolver cualquier problema que implique hacer un cálculo mental con sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, ecuaciones o funciones. Este miedo pudo haberse adquirido y fortalecido durante los primeros años de vida en casa y luego en la escuela por diversos factores.

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Yo era una de esas personas, era una Pedagoga con fobia a las matemáticas…. hasta que tuve hijos. Ellos me enseñaron a conectar la teoría con la práctica, lo cual me ayudó a establecer ciertos principios para hacer más efectivo mi quehacer como mamá-educadora en este importante tema.

A continuación te comparto algunos de los aprendizajes que me ayudaron a facilitarles a mis hijos (y a mis alumnos) el aprendizaje de las matemáticas:

1. Las matemáticas son como el aprendizaje de la lecto-escritura, es decir, requieren de una alfabetización. Los niños necesitan familiarizarse primero con los números y el cálculo para poder comprenderlos y utilizarlos; así como empezar de lo más fácil a lo más difícil. Enseñale a tu bebé los números desde su primer año de vida, empieza con el 1 y el 2, y luego avanza con otros cuando esté listo.
2. Las matemáticas para los más pequeños incluyen: números, figuras geométricas, colores, cantidades (muchos-pocos), juguetes iguales pero con diferentes tamaños, secuencias, diferentes pesos, cantidades diferentes de líquidos, distancias (lejos-cerca), posiciones (“arriba de”, “debajo de”, “a un lado”).
3. ¡Las matemáticas también son interesantes y divertidas! Aprovecha cualquier situación de la vida cotidiana como el juego, la hora del baño y la comida, la hora de contar el cuento, para practicar con tu hijo estos temas. Cuenten juntos, hazles notar elementos con los que puedan empezar a clasificar, por ejemplo: el color de los objetos, el tamaño, la forma, etcétera.
4. Las matemáticas son fundamentales para el desarrollo intelectual de los niños. Esto es debido a que les ayudan a hacer razonamientos ordenados, a pensar con lógica y a preparar su mente para la abstracción. Es importante que sepas que se someten a las mismas leyes que todos los demás temas de estimulación temprana: “Mientras más pronto, mejor”.

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Ahora mis hijos crecieron (tengo un ingeniero y una pedagoga), pero en mi quehacer diario como profesional he acompañado a muchas mamás a enseñar a sus hijos matemáticas y a cientos de niños pequeños a aprender a contar hasta 10, a medir distancias con crayolas, a calcular la cantidad de bloques que necesitan para construir “la torre más alta del mundo” y en general ¡a disfrutar y no sufrir las matemáticas! Estos principios me ayudaron a lograrlo, espero que a ti también.